Durante varias décadas, el escritor Renaud Camus perteneció a un selecto sector de la izquierda cultural en Francia. Era un artista de vanguardia, considerado como un "ícono gay", según lo calificó la revista estadounidense The Nation.

Hoy, sin embargo, sus ideas encuentran mayor eco en uno de los sectores más radicales de la derecha global: el llamado supremacismo blanco.

Más aún, sus planteamientos parecen resonar detrás del discurso de los responsables de los últimos ataques armados en Christchurch (Nueva Zelanda), en Pittsburgh y en El Paso (Estados Unidos).

Se trata de una paradoja adicional en la vida de Camus, quien reiteradamente ha rechazado estas formas de violencia aunque, al mismo tiempo, ha valorado positivamente que sus propuestas sean acogidas en otros países.

Pero ¿cómo llegó este autor que en la década de los 60 encabezaba las marchas LGBT en París a convertirse en un autor de referencia para la extrema derecha?

Artista y activista de vanguardia

Camus nació en 1946 en el seno de una familia acomodada en la localidad de Chamalières, en la región francesa de Auvernia.

Hacia el final de su adolescencia decide asumir su homosexualidad, lo que deriva en una ruptura con sus padres de valores más tradicionales y quienes lo eliminan de su testamento.

Estudia en Inglaterra y luego viaja a París, donde se licencia en Derecho y Literatura antes de cursar una maestría en Filosofía, con especialización en Estética.

Son los tiempos de Mayo del 68. París es una fiesta de libertad y Camus participa en las manifestaciones y marchas reivindicativas como parte del llamado "componente homosexual".

En 1970 viaja a Estados Unidos, donde permanece varios años dictando cursos de literatura francesa.

Es una década buena. Publica sus primeras novelas y se codea con artistas como Gilbert & George y Andy Warhol.

En 1979, con un prólogo de Roland Barthes publica su novela autobiográfica Tricks, consideraba como una obra rompedora por la manera descarnada en la que narra sus aventuras sexuales.

"El mundo de Camus es completamente el de un nuevo homosexual urbano; (que se encuentra) cómodo en media docena de países", comenta sobre el libro el escritor estadounidense Allen Ginsberg, ícono de la generación Beat.

Su imagen sigue en alza hasta el punto de que en 1996 la exclusiva Academia Francesa le hace un reconocimiento por su trayectoria.

"El gran reemplazo"

Sin embargo, no será la trayectoria literaria de Camus ni su activismo LGBT el que le hará popular entre la extrema derecha.

Este vínculo nace con su libro "El gran reemplazo", un texto que publicó en 2012 en el que expone una teoría conspirativa según la cual la Europa blanca y cristiana está siendo invadida y destruida por hordas de inmigrantes negros o de tez oscura, procedentes del norte de África y del África subsahariana.

Aunque el texto no ha sido traducido al inglés, su tesis ha sido acogida desde su publicación por grupos supremacistas de Estados Unidos.

Así, por ejemplo, "no nos reemplazarán" y "los judíos no nos reemplazarán" eran dos de los lemas que coreaban los manifestantes de ultraderecha que marcharon en Charlottesville, EE.UU., en agosto de 2017.

Al día siguiente, uno de ellos arremetió deliberadamente con su auto contra un grupo de manifestantes antifascistas, causando la muerte a una mujer.

Aunque Camus rechazó con vehemencia este acto de violencia y deploró que se mencionara a los judíos, mostró satisfacción por la acogida de su idea al otro lado del Atlántico.

"Coincido totalmente con el eslogan 'no nos reemplazarán' y creo que los estadounidenses tienen muy buenas razones para estar preocupados por su país", dijo entonces.

Camus también rechazó de lleno los ataques cometidos en marzo de este año contra dos mezquitas en Christchurch, Nueva Zelanda, en los que murieron 51 personas y 49 resultaron heridas.

Antes de cometer esas masacres, el presunto atacante -un hombre australiano de 28 años-, publicó en internet un panfleto de 74 páginas justificando sus acciones bajo el título de "El gran reemplazo".

Esa teoría también fue mencionada por el hombre que en abril pasado atacó una sinagoga en la localidad de Poway, EE.UU., ocasionando la muerte de una persona e hiriendo a varias.

La idea volvió a resurgir durante el tiroteo masivo ocurrido el pasado 3 de agosto en la ciudad texana de El Paso, cuando un joven de 21 años entró disparando en una tienda Walmart y mató a 22 personas.

El atacante confeso dijo que su objetivo era "matar tantos mexicanos como fuera posible" y se le atribuye la publicación de un manifiesto en el que expresaba que su acción era una respuesta a "la invasión hispana de Texas".

Una forma de legitimación

Camus ha intentado marcar distancia con cada uno de estos sucesos, señalando que la "no violencia" es un elemento central de su filosofía.

Además, ha destacado que su libro "El gran reemplazo" no ha sido publicado en inglés, por lo que pone en duda que los responsables de esos ataques lo hayan leído.

Lo cierto, sin embargo, es que su discurso y la idea de que la raza blanca está en peligro están ampliamente presentes en internet entre los grupos de extrema derecha en Estados Unidos.

Este fenómeno responde, según muchos analistas, a que su teoría se adapta muy bien a la nueva retórica que han abrazado en las últimas décadas los grupos supremacistas blancos.

Muchos de estos optaron por cambiar el argumento de su "superioridad racial" por el de la denuncia de un supuesto "genocidio" del que serían víctimas por la "invasión" de sus países por parte de personas de otras razas.

Heidi Beirich, directora del Intelligence Project del Southern Poverty Law Center, una ONG con sede en Alabama, le dijo a The New York Times que considera que los textos de Camus le otorgan "un revestimiento académico y de sofisticación" a estas ideas racistas.

De Mitterrand a Le Pen

En una entrevista con la revista The New Yorker, Camus señaló que no concibe las razas desde el punto de vista genético sino cultural.

Destacó que no usa la palabra "superior" para referirse a ninguna de ellas y aseguró que se sentiría igualmente triste si "la cultura japonesa o la cultura africana" fueran a desaparecer por causa de la inmigración.

El escritor, que actualmente vive en un palacete del siglo XIV, argumenta en sus textos que Europa está siendo objeto de una "colonización demográfica" que se concreta a través de la llegada de inmigrantes del sur del Mediterráneo.

Asegura que estos se asientan en el país de acogida y tienen muchos hijos, mientras que los europeos blancos tienen cada vez menos descendientes, dando así paso a una sustitución progresiva de unos por otros.

Su giro ideológico también se nota en sus preferencias políticas.

Así, pasó de votar en 1981 por el candidato presidencial socialista François Mitterrand a convertirse en los últimos tiempos en un acérrimo defensor de Marine Le Pen, la líder del ultranacionalista Frente Nacional.

Pese a todo, Camus niega ser de extrema derecha y afirma que simplemente es uno de tantos votantes que quiere que "Francia siga siendo francesa".

Aunque reiteradamente ha expresado su rechazo a la violencia, en 2015 fue condenado a pagar una indemnización a la Asociación Francesa de Lucha contra el Racismo por declarar que "la inmigración amenaza la civilización francesa" y que algunos musulmanes eran "matones", algo que el tribunal consideró un "ataque excesivo para humillar" a esta población.

En su afán de defender sus posturas, creó su propio partido y se postuló como candidato al Parlamento Europeo durante las elecciones del pasado mes de mayo pero se retiró pocos días antes de la votación, cuando se divulgó una fotografía de uno de los candidatos de su lista arrodillado ante una esvástica.

En ese momento, Camus abandonó la carrera argumentando que la esvástica es "lo contrario a todo por lo que he luchado toda mi vida".


 

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