Stephen Mellor fue encarcelado por el asesinato de un narcotraficante rival en febrero de 1997.

Ahora, fuera de prisión, quiere abrir un centro juvenil y evitar que otros adolescentes repitan sus errores.

En este testimonio en primera persona, Mellor cuenta a la BBC su infancia en Preston y el camino que le llevó a convertirse en un asesino convicto.


Nací y crecí en Preston, Reino Unido, a cinco minutos del centro de la ciudad.

Tenía cinco hermanos y cinco hermanas mayores. Vivíamos todos en una casa de tres habitaciones. Desde temprana edad quise ser bombero.

Desafortunadamente, el camino que tomé me llevó lejos, muy lejos de eso.

Mis padres trabajaron duro pero nos faltaban cosas porque éramos muchos. Usaba los zapatos y la ropa de mis hermanos mayores y a menudo tuve problemas de acoso escolar por esto.

Me llamaban vagabundo, pero nunca me metí en peleas.

Un día, con solo 13 años, pegué a un chico que me había estado molestando. Me expulsaron de la escuela y aprendí que podía pelear.

La gente empezó a respetarme y yo empecé a pelearme más.

Nadie vino a buscarme. Nadie dijo "tiene que volver a la escuela". Así que todos los días, me levantaba, comía algo y me iba caminando a la ciudad.

Cada día era lo mismo. De los 13 a los 17 años solía pasearme por el centro comercial. Conocía a otros adolescentes y averiguaba con qué cosas podíamos ganar dinero.

No había camino, ni dirección. Era lo mismo día tras día. ¿Cómo puedo explicarlo? Es como una trampa.

La gente nos llamaba "Townies". Si otras pandillas venían a la ciudad, acabábamos peleándonos con ellos. Los buscábamos en los callejones y les robábamos en la calle.

Me hice famoso por mi forma de pelear. A mis rivales les arrancaba la nariz o las orejas. Me enviaron a la cárcel dos veces.

Cuando era más joven solía pelear con muchos hombres. La gente se enteraba de mi fama y venían a ver si era verdad.

Comencé a traficar con drogas. Solo queríamos ganar dinero, pero obviamente no teníamos empleo.

Así que empezamos a vender éxtasis y luego un amigo de un amigo me preguntó si quería vender heroína.

Nos la suministraba a un precio económico, por lo que pagábamos la mitad que otros distribuidores y seguíamos ganando mucho dinero.

Tenía 17 años y traficaba por toda la ciudad. Teníamos un móvil, anotábamos nuestro número, lo pasábamos y eso era todo.

Todos los adictos a la heroína en Preston querían comprarme a mí porque les dábamos el doble que cualquier otro. Ganábamos trescientas, cuatrocientas libras por semana, y en efectivo (unos US$400 o US$525).

Pero esa vida me llevó a cometer un asesinato.

John Dookie también vendía heroína con su banda. Consiguieron nuestro número de teléfono de uno de nuestros clientes y nos pidieron una reunión.

Querían que dejáramos de traficar, algo que nunca hicimos. Así que las cosas empezaron a ponerse muy feas.

Guerra de bandas

Una noche de febrero de 1997, después de ver una pelea de Mike Tyson, volví a casa pasando por su territorio. Me metí en una pelea con ellos.

Esa misma noche volvimos a su casa, trepamos el muro y los atacamos. Yo tenía un martillo, mi amigo Tony Kirk tenía un cuchillo y apuñaló a John en la pierna.

Unos días después, John estaba en un auto que intentó atropellar a Tony.

El 14 de febrero, John apareció en mi puerta y dijo que quería hablar con Tony.

El asesinato

Quedamos para encontrarnos, pero cuando llegó Tony me preguntó: "¿Dónde está el cuchillo?"

Sabía que era capaz de usarlo, pero se lo entregué. Nos encontramos con John y nos metimos en una pelea en el centro de la ciudad. John se tambaleó, fui tras él y lo senté.

Dijo: 'Me han apuñalado'. Llamé a un auto de policía y les dije que necesitaba ayuda, luego me fui.

No fui yo quien apuñaló físicamente a John, pero en Reino Unido existe un doctrina legal conocida como "empresa criminal conjunta".

Significa que si sales con alguien para cometer un delito, todos serán responsables de lo que suceda.

En ese momento, tenía 18 años y no entendía ni la mitad de lo que dijeron en el tribunal. Nos encarcelaron a todos, pero nunca lo pelearé, porque soy culpable.

Arrepentimiento

No pasa un día en el que no me arrepienta de lo que pasó. Sé que el hermano de John, Rob Dookie, no puede perdonarnos por el asesinato.

Dice que nunca le pedimos perdón a su familia por lo que pasó.

Me hubiera gustado disculparme, pero tengo prohibido ponerme en contacto con la familia de John. No puedo imaginar lo que sienten o lo que piensan de mí y, para ser honesto, no puedo culparlos.

Es el olor lo primero que te golpea en la cárcel. Hay trescientos o quinientos adolescentes juntos.

Huele a testosterona y sudor.

Además, los oficiales de la prisión quieren los pasillos limpios y hay un olor a productos de limpieza y sus químicos.

La vida en la cárcel

No es fácil vivir en una prisión. Me arrestaron en el 97, perdí a mi hermano en marzo del 98. Mi mejor amigo se suicidó mientras estaba en prisión.

Mi abuela murió también.

Son graciosas las cosas que extrañas. Como el sabor de una hamburguesa de McDonalds, entrar a un quiosco por la mañana o pisar una caca de perro.

Recuerdo que mi madre me dijo en el tribunal: "Si quieres ver a tu padre vivo fuera de la cárcel, necesitas comenzar a ordenar tu cabeza".

Mi papá es mi mejor amigo. Mi primer hijo también nació justo antes de ser sentenciado.

Pensé que no volvería a ver a ninguno de los dos fuera de la cárcel, así que sí, necesitaba cambiar mi vida.

Casi no sabía leer ni escribir cuando fui a la cárcel, pero allí tienes un buen grupo de profesores y si les demuestras que quieres hacer bien las cosas, te ayudarán.

Cada noche, regresaba a mi celda y practicaba mi letra.

Mi novia en ese momento traía a mi hijo a visitarme y solía decir cosas como: "¿Cuándo podrá venir papá a casa?" Eso te mantiene en el camino correcto.

Me gradué en entrenamiento personal y psicología deportiva mientras estaba en prisión.

Obtuve buenas calificaciones en ingeniería, inglés y matemáticas.

También pasé mucho tiempo con los psicólogos. Te hacen volver a tu delito y les cuentas lo que estabas pensando y sintiendo en ese momento.

Es desgarrador. Te llega al fondo del corazón.

Hay dos maneras de gastar tu tiempo en la cárcel, la forma correcta y la forma incorrecta. Agache la cabeza, manténgase ocupado y el tiempo pasará. La otra forma es enojarse, usar drogas. Todavía estaría allí si hubiera hecho eso.

Obtuve la libertad condicional después de 14 años y medio, que era el mínimo recomendado por el juez, así que salí de la cárcel en 2011. Tony también salió.

El día que sales de la cárcel te inunda un sentimiento increíble. Es como volar. No puedes esperar a llegar a casa.

Puedes tener teléfono móvil y dormir en tu propia cama. Comer lo que quieras. Puedes pisar caca de perro otra vez.

Tutor de apoyo

Después de ser liberado, di una charla en una conferencia organizada por Timpson, la cadena de zapateros que trabajan mucho con ex convictos.

Un tipo se me acercó y me dijo: "¿Vendrías y darías una charla a algunos niños?". Respondí 'Por supuesto'.

Luego, me pidieron que fuera a trabajar con ellos como tutor de apoyo en Preston, mi ciudad.

Trabajaba con los peores niños en Preston. Son niños estupendos y nadie lo ve, todo lo que ve la gente es la insolencia y la arrogancia.

Viven en estos edificios abandonados, no hay actividades para ellos. Su vida es solo un callejón sin salida.

Sé que a algunos de ellos, les he cambiado la vida.

En concreto, hay un chico al que la policía no podía controlar. Solía llevar cuchillos o navajas y no tenía reparos en usarlos.

Lo invité al gimansio de boxeo y le encantó. Un día vino a mí y me contó que esa misma noche iba a haber una pelea de pandillas.

Le dije que viera lo que me había pasado a mí.

"Yo perdí mi vida, pero tú tienes una oportunidad", le dije.

"No estés sentado en una celda cuando tus compañeros vayan a Ibiza. No estés sentado en una celda cuando tus compañeros vayan a los grandes partidos de fútbol. No estés sentado en una celda cuando tus compañeros estén saliendo y conociendo chicas".

Le dije que se reuniera conmigo esa noche y que boxeáramos.

No fue a la pelea y ahora tiene un trabajo a tiempo completo.

Quiero abrir un centro juvenil en Preston y ofrecer un lugar seguro con personas dispuestas a escuchar las historias de los adolescentes.

Mi socio en los negocios es Barry Hastewell. Crecimos en la misma ciudad y tuvimos la misma mala reputación.

Pasó cuatro años por conspiración para suministrar cocaína, así que entre los dos juntos hemos cumplido casi 20 años en prisión.

Pero ambos somos diferentes ahora. Él es un hombre de negocios y tiene una cafetería, un bar y un club de baile en la ciudad.

Tenemos un edificio y están a punto de darnos las llaves. Barry invirtió algo de dinero y hemos solicitado algunas subvenciones.

Para empezar, trabajaremos allí, Barry, mi esposa Sammy y yo.

Ella me ha soportado durante siete años, así que sabe cómo lidiar con las personas que han pasado momentos difíciles.

En Preston, la reacción a la apertura del centro juvenil ha sido un 98% muy favorable. He tenido algunos comentarios negativos. Me han dicho: "No permitiría que mi hijo vaya donde hay un asesino".

Solo digo que mi pasado es mi pasado, nunca me lo perdonaré y solo espero que sus hijos no terminen necesitando nuestra ayuda.

Los adolescentes no pueden hablar con sus profesores, con la policía. No puedes ir a la universidad y aprender cómo relacionarte con ellos y como hablarles.

Siempre va a haber un problema de confianza. Quiero que sepan que he estado en sus zapatos, que quiero ayudarles porque les entiendo.

Y esto no sucede solo en Preston. Hay muchos adolescentes con problemas en todo Reino Unido.

Pasa generación tras generación. Viviendo en ciertos barrios, entrando en pandillas. Sienten que no hay salida, pero quiero mostrarles que sí hay si la quieren.

Tiré mi vida por la borda por estupidez, veo eso todas las mañanas.

Pero si dejo que la negatividad me arrastre sería para nada. Hay que convertir lo negativo en positivo. Siento que durante un tiempo perdí mi camino, pero ahora estoy en paz conmigo mismo.

Tengo una familia que me apoya, tengo una buena relación con mi hijo mayor, que nació mientras estaba en prisión. Tengo un objetivo por el que trabajar.

Todo lo que pido es la oportunidad de mejorar la vida de las personas. Eso es todo lo que pido.


 

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