Jóvenes israelíes y palestinos están trabajando juntos, aprendiendo nuevas habilidades y participando en diálogos para resolver conflictos gracias una serie de agrupaciones de nuevas tecnologías en esta problemática región del mundo. ¿Pero puede realmente la tecnología hacer una diferencia?

Israel es conocido entre otras cosas por ser un país de start-ups tecnológicas, que cuentan con el respaldo de una de las mayores industrias de capital de riesgo per cápita del mundo.

Pero las relaciones entre israelíes y palestinos han sido sombrías desde la fundación de Israel en 1948 y el consiguiente conflicto árabe-israelí que ha estado resonando desde entonces.

Iniciativas como Tech2Peace están tratando de salvar las distancias que hay entre estas dos comunidades.

"Yo me uní al programa sola, pero me hice grandes amigos tanto de Palestina como de Israel, con quienes hoy día estoy en contacto", dice Zada Haj.

El programa, liderado por estudiantes y voluntarios, convoca a jóvenes palestinos e israelíes para que juntos aprendan nuevas herramientas tecnológicas ?3D y diseño gráfico, creación de páginas de internet, desarrollo de aplicaciones? y participen en un diálogo de resolución de conflictos.

Haj cuenta que antes no tenía ningún conocimiento de animación o modelado en 3D, pero al final de la sesión, pudo transformar sus ideas en algo concreto y desarrolló nuevos conocimientos que la ayudarán a conseguir un trabajo.

Adnan Awni Jaber, emprendedor palestino, también dice que Tech2Peace le permitió hacerse amigos judíos en Israel.

"Creo que la tecnología puede derribar muros entre las dos partes del conflicto porque no tiene fronteras", le dice a la BBC.

"No hay una frontera física que pueda impedir que estos dos lados se contacten entre sí".

Abdallah Sakran, otro participante del programa, dice que hablar tanto de política como de tecnología ayudó a crear lazos en su grupo.

"Al principio fue raro, pero el tercer día estábamos discutiendo ideas profundas y nuestras opiniones políticas", dice. "La parte técnica del seminario hizo que nos ayudáramos entre nosotros y qué nos hiciéramos preguntas".

Tomer Cohen, israelí y cofundador de Tech2Peace, participó en campos de paz cuando estaba creciendo en Israel, pero descubrió que cuando los programas terminaban, las amistades que había hecho desaparecían.

Los jóvenes de ambos lados regresaban a su rutina.

Por eso, cuando él y sus socios israelíes y palestinos pensaron en formas de crear vínculos más duraderos entre los jóvenes, se les ocurrió la idea de enseñarles herramientas que les permitiesen luego continuar trabajando juntos.

"Pensamos en hacerlo con tecnología y programación", dice Cohen.

"Cuando los jóvenes vienen a nuestros seminarios, no están pensando: 'Ok, tu eres palestino y yo soy israelí', piensan 'Yo quiero mejorar mi vida y tu también. Tenemos algo en común'", explica.

La cooperación estrecha también tiene sentido desde un punto de vista comercial, argumenta el inversor y emprendedor estadounidense-israelí Yadin Kaufmann.

Él comenzó el Programa Palestino de Prácticas (PIP, por sus siglas en inglés) en 2014 para darle a los jóvenes graduados palestinos experiencia laboral en compañías líderes basadas en Israel.

"Para la mayoría de los palestinos, formar parte de PIP constituye la primera experiencia de encontrarse con un israelí en otro lugar que no sea un puesto fronterizo", dice Kaufmann.

"Para la mayoría de los israelíes, es la primera vez que pueden hablar con un palestino y trabajar con ellos a nivel profesional", destaca.

Beneficio económico

En 2008, Kaufmann fundó Sadara Ventures, la primera firma de capital de riesgo dirigida exclusivamente al sector tecnológico palestino. Sadara respalda actualmente a seis compañías que han recaudado US$70 millones en fondos de capital de riesgo hasta ahora.

La última iniciativa de Kaufmann, el Palestinian Partnership Fund, otorgará subvenciones para empresas conjuntas entre emprendedores palestinos y compañías en Israel, otros países en Medio Oriente y Estados Unidos.

El Congreso estadounidense está actualmente considerando si financiar o no el programa.

"Me di cuenta de que había una oportunidad de hacer algo interesante desde una perspectiva de negocios, pero también de crear una nación de starts-upa pequeña escala al lado nuestro", dice Kaufmann.

"Si logramos tener éxito en esto, sería bueno para los palestinos, y haría que Palestina sea una economía más real, más que una que depende de donaciones", agrega.

Compañías tecnológicas también han estado desde hace años tratando de generar un acercamiento.

Por ejemplo, la firma palestina de software Exalt Technologies, tiene 20 ingenieros creando apoyo para tecnología en la nube para el equipo de Nokia 5G basado en Israel.

"No hay duda de que hay muchas limitaciones políticas y económicas en Palestina, pero los medios destacan aspectos de la destrucción, en cambio de centrarse en la resistencia y el amor por crecer y por la vida, a pesar de las penurias", dice el jefe de Exalt, Tareq Maayah.

Exalt ha trabajado por una década con equipos israelíes y estadounidenses de Cisco en la integración del software en la red inalámbrica de la compañía, y ha desarrollado aplicaciones Android y iOS para HP Indigo, una división del negocio de artes gráficas de HP que originalmente era una empresa israelí.

Pero hasta enero de este año, muchos ingenieros de ambos lados aún no se habían conocido.

Los ingenieros israelíes de HP Indigo y el director ejecutivo de la firma viajaron a la oficina de Exalt en la ciudad palestina de Ramala.

"Si bien el CEO nos había visitado en el pasado, fue la primera vez para los ingenieros que habían estado trabajando con nosotros por muchos años", explica Dara Jarallah, encargado de desarrollo de negocios de Exalt.

"Había presente una sensación de orgullo cuando los ingenieros de Exalt mostraron su trabajo para HP durante las reuniones, especialmente cuando vieron a nuestras líderes palestinas mujeres en acción, que están desarrollando su propio sector tecnológico", dice.

"Para mí fue importante hacer esto para que todo el mundo pudiese pasarlo bien, y probara comida palestina auténtica", agrega.

¿Solución?

¿Pero harán posible este tipo de colaboraciones desarrollar una economía fuerte para la región y encontrar una potencial resolución al conflicto?

Eso sigue siendo poco probable mientras sigan existiendo restricciones comerciales onerosas, cree Magid Shihade, miembro de la facultad del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Birzeit en Cisjordania.

Según el Protocolo de París entre la Autoridad Palestina y el gobierno israelí, los palestinos no pueden importar lo que quieran del extranjero ni desarrollar sus propios productos libremente.

"El primer paso para el cambio es eliminar todas las restricción israelíes en el comercio, permitiendo así que las empresas palestinas e israelíes colaboren en pie de igualdad", dice Shihade.

Pero Israel considera que estas restricciones son necesarias para mantener las seguridad en esta problemática región.

Los problemas son difíciles y están profundamente arraigados, pero al menos la tecnología está ayudando a fomentar el diálogo, un requisito previo esencial para la paz.


 

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