Para el Estado de Chile, la obesidad es el problema de salud pública más importante en la actualidad. Algo similar ocurre a nivel mundial, ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 130 millones de personas viven en esta condición y cada año mueren en el mundo al menos 2,8 millones de personas por sobrepeso y obesidad.

Hace tiempo que el tema, en el mundo, dejó de ser estético y pasó a ser un problema de corte estatal y científico. Es por ello que un grupo de investigadores de las universidades de Boston y Filadelfia (este de Estados Unidos), realizaron un estudio publicado en la revista PNAS, que aborda la relación entre la obesidad y los índices de mortalidad.

Los científicos descubrieron que las personas obesas que luego perdieron peso tienen una mortalidad más alta a las personas que son obesas y se mantienen en esa condición. Esta situación contradice los resultados de investigaciones anteriores.

Para desarrollar este estudio, las investigadores utilizaron los datos de una muestra representativa a la realidad estadounidense sobre obesidad. Sin embargo, aplicaron un método distinto. Según explican los autores, "en general no hay distinción entre los individuos no obesos que nunca fueron obesos y los no obesos que antes eran obesos y perdieron peso".

Además, los científicos señalan que los modelos anteriores sólo se basaban en un momento de la vida de una persona. En cambio, el método utilizado en esta investigación ocupa datos en un largo periodo de tiempo, ya que se basaron en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Estados Unidos, entre los años 1988 y 2010; y los vincularon a los registros de defunción hasta el 2011.

Es así como llegaron a la conclusión de que es probable que los efectos del exceso de peso en la mortalidad de Estados Unidos se han subestimado constantemente.

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