AFP

Hace poco más de un año, cuando el mundo aún digería el hecho de que Donald Trump era el nuevo presidente de Estados Unidos, el consultor político Roger Stone estaba todo menos sorprendido.

Amigo y confidente del presidente de larga data, y considerado un maestro de la manipulación política, Stone es el foco de "Get Me Roger Stone", documental por el que Netflix está en campaña... por el Óscar.

"No es solo este tipo decidido, sino también maquiavélico, casi loco, el hombre que aparece en cada momento clave de la historia estadounidense reciente", dice el analista legal Jeffrey Toobin a los cineastas Daniel DiMauro, Morgan Pehme y Dylan Bank.

La producción es el resultado de extensivas entrevistas con el propio Stone sobre los hechos más destacados de su polémica carrera: fueron miles de horas de grabación en los bastidores de la política republicana.

La tesis es bien directa, que la forma "oscura" de la política de Stone en los últimos 50 años ha sido un importante contribuyente al supuesto "pantano" que Trump prometió drenar en su campaña.

"Es contra el sistema, pero también es parte del sistema. Es un ser humano, solo que no es uno muy bueno", indicó DiMauro durante una proyección en Hollywood esta semana.

Después de cinco años siguiendo a Stone, los cineastas pasaron de una historia nada sensacional sobre un "timador sucio" a "la más importante noticia del mundo, una línea de tiempo sobre el ascenso de Trump", a quien vio como un potencial candidato presidencial por primera vez en 1987.

El documental ya está disponible en Netflix.

 

- "Ser humano despreciable" -

 

Stone habló con los cineastas el mes antes que el magnate republicano dejara a más de uno boquiabierto con su triunfo electoral, un evento que este consultor político describió como "la manifestación de un sueño que tengo desde 1988".

El estratega, siempre vestido de manera extravagante, trabajó en varias campañas de republicanos, la primera de ellas, la de Richard Nixon, cuya cara tiene tatuada en la espalda y fue la persona más joven, 19 años, en testificar en el caso del Watergate.

Una preciada fuente hoy para los principales reporteros de política del país, ha sido colocado en la escena del crimen en uno de los momentos más amargos de la vida pública estadounidense.

Y se le ve en la película en su papel de 'lobbista' de déspotas y violadores de los derechos humanos, como el vilipendiado dictador congoleño Mobutu Sese Seko, alegando que está orgulloso del dinero que ganó.

Se atribuyó el crédito por el aumento de comités de campaña política y acción negativa, sin mencionar los disturbios de Miami-Dade que interrumpieron el recuento de las elecciones de Florida en 2000. 

También se cree que está detrás de la caída del Partido de la Reforma con una campaña de desprestigio organizada contra su candidato presidencial de 2000, Pat Buchanan, por un tal Donald J. Trump. 

"Ese es el juego que juega, cómo se hace relevante. Todavía recibo alertas de Google de 'Roger Stone' y aparecen todos los días debido a algo que ha dicho que da un giro a la historia", señaló DiMauro a la AFP.

Y en medio de la investigación contra la campaña de Trump por posibles contactos con rusos, Pehme explicó que Stone es experto en no cruzar la línea hacia la ilegalidad, por lo que "no expresó ningún miedo".

"Roger es un ser humano absolutamente despreciable", zanjó.

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