Una disfunción sexual es la dificultad o alteración en la función sexual que interfiere con la capacidad de una persona para experimentar satisfacción en sus relaciones sexuales. Esto afecta a la salud integral y la autoestima del individuo, así como su relación de pareja. 

Odette Freundlich, kinesióloga especialista en sexualidad y directora del Centro Miintimidad, explica cuáles son las disfunciones sexuales más comunes en los hombres y cómo identificarlas:

  • 1. Falta de control eyaculatorio (eyaculación precoz): La eyaculación ocurre antes de lo deseado y aproximadamente en el minuto siguiente a la penetración. Esta situación produce frustración, inseguridad, ansiedad y muchos hombres evitan los encuentros sexuales para no pasar vergüenza. 
  • 2. Eyaculación retardada: Existe demora o retraso en producirse la eyaculación. La persona desea eyacular, pero la sensación excitatoria no es la suficiente, para producir la eyaculación.

Esta situación genera angustia, pues muchas veces se culpan por no ser lo suficientemente atractivas/os o estimulantes para su pareja.

  • 3. Aneyaculación: No se logra la eyaculación con el coito, pero sí con la masturbación.
  • 4. Falta o disminución del interés o deseo sexual: Generalmente hay disminución de las fantasías o pensamientos sexuales o eróticos, reducción de la disposición a tener encuentros sexuales, de forma constante o recurrente. “Esto puede ocurrir por causas orgánicas, como la disminución de la testosterona, problemas médicos, consumo de medicamentos, especialmente antidepresivos, causas relacionadas con la pareja; como infidelidad, maltrato, falta de comunicación, problemas psicológicos o emocionales; como depresión, problemas laborales, trauma sexual, disminución de la autoestima, duelo, falta de educación en sexualidad, entre muchos otros”, señala la autora del libro “El secreto peor guardado”.
  • 5. Dificultad para lograr y/o mantener la erección (disfunción eréctil): Dificultad para lograr una erección o para mantenerla hasta finalizar la actividad sexual, además de presentar una disminución en la turgencia o firmeza de la erección. La disfunción eréctil genera ansiedad o estrés de ejecución. “Por lo general los hombres sienten que están frente a un examen en donde serán evaluados por su ´rendimiento´, lo cual impide el disfrute y genera mucha tensión, ansiedad y frustración”, indica Odette Freundlich.

Disfunción sexual: la presión de no rendir sexualmente

El temor a no ser suficiente en la intimidad, a “no sacar una buena nota”, a sentirse evaluado, a querer seguir los patrones autoimpuestos y a la falta de educación en sexualidad, son los grandes fantasmas en la población masculina. 

La escuela del porno es una de las grandes culpables de esto, ya que muestra en su mayoría encuentros coitocéntricos, en donde el personaje masculino o persona con pene, debiera tener un determinado tamaño de pene, con una erección máxima y manteniendo el control de la eyaculación por largos períodos, hasta que su pareja logre conseguir un orgasmo coital”. Afirma Odette Freundlich

La especialista explica que, frente a ese escenario, se genera como respuesta “el terror a no rendir”, a no poder controlar la eyaculación, a no lograr la erección o no poder mantenerla y no poder satisfacer a la pareja. Esto genera una gran ansiedad de ejecución, generando posibles disfunciones sexuales.

Disfunción sexual: la importancia de derribar el miedo a la terapia sexual

“Afortunadamente, la población masculina se está atreviendo a pedir ayuda, buscando una solución adecuada para tratar sus dificultades en el ámbito de la sexualidad. Esto es algo que hace unos años era poco frecuente, puesto que asistir a terapia era mal visto, por los prejuicios asociados a ella”, comenta la directora del Centro Miintimidad.

También es clave que los tratamientos sean realizados por un equipo multidisciplinario, para poder abordar el aspecto orgánico, físico, emocional y psicológico de los pacientes. De esta manera incluir los factores relacionales, sociales, culturales, ambientales, individuales e historias de vida sexual.

Del mismo modo, es fundamental educarse sobre la sexualidad e informarse a través de fuentes serias, aprender sobre las diferencias en la respuesta sexual de los hombres o personas con pene y de las mujeres o personas con vulva, fisiología, anatomía del placer.

Comunicarse, preguntar, no comparar, no suponer, respetar los deseos y preferencias de la pareja, escuchar y no insistir en traspasar límites no consensuados entre los miembros de la pareja. 

Odette Freundlich relata que otro tema importante a destacar es que no se necesita estar en pareja para iniciar un tratamiento para solucionar algún tipo de disfunción sexual y mientras antes se consulte, más rápido se podrá lograr una vida sexual feliz y placentera.

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