Hay un meme que anda circulando en internet que cuestiona el uso del tiempo: "Tienes tantas horas en el día como Beyoncé", desafía.

Y es que si uno mira cualquier sitio sobre Beyoncé Knowles se encuentra con una larga lista de ocupaciones: cantante, compositora, bailarina, actriz, fundadora de una obra de caridad, empresaria, esposa y madre.

Hace poco incluso flirteó con la política con un controvertido show en el Superbowl en el que hizo referencia al movimiento por los derechos civiles.

Y todo esto, con solo 34 años.

Aunque ahora cuente con el beneficio de tener todo un equipo para ayudarla a resolver asuntos de su vida diaria, Beyoncé atribuye su éxito al sacrificio y al trabajo duro.

No es la única. También hay atletas olímpicos que hacen doctorados y profesionales que trabajan a tiempo completo y además son escritores de best-sellers.

Stacie Powell estudió astrofísica en Harvard al mismo tiempo que entrenaba como atleta olímpica.

¿Hay algo que podamos aprender de estas personas con desempeños extraordinarios o es que su cerebro simplemente funciona de otra manera que el nuestro?

Atleta olímpica y astrofísica

Otra mujer con mucha determinación es Stacie Powell. En la actualidad esta británica de 30 años, originaria de la ciudad inglesa de Bristol, trabaja para una financiera en Boston, Estados Unidos.

Pero hace algunos años vivía una "doble vida" haciendo malabares entre su carrera de clavadista olímpica y sus estudios de astrofísica en las universidades de Cambridge y Harvard.

Contó que fue su deseo de ganar una medalla lo que la llevó a debutar como clavadista en competencias internacionales a los 14 años.

Su momento de gloria ocurrió cuando tenía 16, en los Juegos de la Mancomunidad de Manchester, en 2002, pero se perdió las Olimpíadas de 2004 y decidió concentrarse en sus exámenes, consiguiendo ingresar a Harvard para estudiar astrofísica.

Powell cree que otro secreto de su éxito es la habilidad para enfocarse.

En 2012 Powell representó a Gran Bretaña en la Olimpíadas de Londres y también concluyó su doctorado.

"Cuando no centro mi atención es una cosa es porque estoy enfocada en otra", dice. "El motivo por el cual amo la astrofísica es que es un mundo completamente diferente al de los clavados".

"Ambas actividades contrastan tanto que sentía que una me permitía relajarme de la otra".

La oportunidad de estudiar en Harvard surgió en 2008, el mismo año que las Olimpíadas de Pekín.

"Volví de Pekín un lunes, desempaqué, volví a empacar, y me mudé a Boston (donde se encuentra Harvard) el miércoles", recuerda.

"Encuentro que ponerme metas de corto plazo me ayudó. Si sabía que tenía que resolver algo para las 15:00 eso me ayudaba a lograrlo".

"Cuando no tenía esas limitaciones de tiempo me tomaba más tiempo para hacer las cosas. Tenía un día libre en el que no entrenaba y uno en el que no estudiaba", señala.

Powell no solo logró graduarse y obtener un doctorado. También representó a Gran Bretaña en las Olimpíadas de 2012 en Londres.


Un día en la vida de Stacie cuando hacía su doctorado y entrenaba

  • 06:00-08:00: Entrenamiento con pesas
  • 08:00-15:00: Trabajo. "Era tan lindo sentarme a hacer mi trabajo".
  • 15:00-18:00: "Cuando me ponía inquieta hacía otra sesión en la pileta".
  • 18:00-21:00: De vuelta a la oficina.

Compartimentar

"No llegas hasta la cima si no quieres estar ahí, pero creo que tener la habilidad de compartimentar es muy importante", dijo Powell.

"Si vas a hacer algo hazlo y no pienses en las millones de otras tareas que tienes que hacer ese día", aconseja.

No solo los artistas y los deportistas tienen logros extraordinarios en su haber.

El alcalde de Londres, Boris Johnson, quien está por concluir su segundo mandato, también tuvo un 2015 extremadamente prolífico.

Artistas como Beyoncé, atletas como Stacie Powell y políticos como Boris Johnson son sólo algunos de los "multi-taskers" exitosos.

Ganó una elección legislativa, publicó su onceavo libro "The Churchill Factor" ("El factor Churchill") y firmó un contrato para escribir otro libro más. Además es marido y padre.

¿Podemos todos aspirar a ser igual de prolíficos?

Según el profesor de medicina de la Universidad de Bristol Stafford Lightman, algunos de estos "multi-taskers" (quienes realizan varias tareas a la vez) podrían tener a la biología de su lado.

"Todos tenemos diferente conectividad en el cerebro y algunas partes son más efectivas que otras", señala.

Alguien con la capacidad de compartimentar logrará sin dudas hacer más, dice.

"Puedes entrenar tu cerebro, dentro de ciertos límites. Los políticos se entrenan para recordar nombres. Yo no sirvo para eso, pero si realmente me concentro podría recordarlos", añadió Lightman.

Una de las maneras de mejorar la capacidad de compartimentar es reconocer cuando te estás yendo de tema y simplemente volver a enfocarte, agregó.

Una mayor conectividad cerebral podría ser la clave del éxito.

Maximizando el tiempo

La preocupación por maximizar los 1.440 minutos de cada día no es algo nuevo.

En 1910 el novelista británico Arnold Bennett publicó "Cómo vivir con 24 horas al día", en el que instruía a la sociedad eduardiana sobre cómo extraer ocho horas "extras" cada semana, para dedicárselas a algo "que valga la pena".

En 1910 el novelista británico Arnold Bennett publicó "Cómo vivir con 24 horas".

Bennett sugería reservar 90 minutos por la tarde cada dos días y 30 minutos o más por la mañana para tener tiempo libre –algo más fácil de decir que de hacer en el mundo moderno, en particular si uno tiene que viajar a la oficina, trabaja en turnos o tiene hijos.

El escritor culpaba a la sociedad por considerar a las horas a ambos lados de la jornada laboral como "marginales" y sostenía que la mayoría de la gente usa 16 horas al día para trabajar y dormir.
"Yo los desafío a dar cuenta de las otras ocho horas", afirmaba.

Según Bennet, aplicando su sistema una persona "aún tendrá tres tardes libres para los amigos, el bridge, el tenis, las escenas domésticas, la lectura, la jardinería, la cerámica y las competencias".

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