Jugosa y sabrosa: son los requisitos básicos con los que tiene que cumplir la carne de una hamburguesa.

El resto de los ingredientes que se le añadan, no son esenciales y dependerán del comensal.

¿Pero alguna vez te pensaste comer una perfecta hamburguesa de carne hecha sin carne?

Ese fue el objetivo de un grupo de científicos que, durante años, se dedicó a la elaboración de esta "carne", pero no como una alternativa para veganos, sino para carnívoros.

A Patrick Brown, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, se le ocurrió esa idea durante un año sabático.

Así que se embarcó en la misión de crear una carne de hamburguesa que tuviera el mismo valor nutricional, sabor y textura… pero sin que en el proceso estuviera involucrado ningún animal.

El médico, de 62 años, es vegano, pero afirma que su preferencia alimenticia no influenció el proyecto.

El ingrediente mágico

El producto que crearon también tenía que ser saludable.

"La hamburguesa tiene hierro y proteínas en cantidades similares a las de la carne. No tiene colesterol, hormonas ni antibióticos", afirma Brown.

Un elemento clave en el proceso de crear la "carne" fue determinar qué hacía que la carne fuera tan atractiva.

70 científicos descubrieron un ingrediente llamado "hemo", que es el que le da el color y el sabor a la carne, y además sirve de catalizador para los otros sabores que se liberan cuando la carne se cocina.

"Descubrimos cómo obtener el heme de las plantas y producirlo utilizando la fermentación. Es un método similar al que se ha usado en la elaboración de la cerveza belga durante casi mil años", explican.

La sustancia se encuentra de forma abundante en los músculos de los animales y está presente en todos los organismos.

"La idea es que la investigación y la metodología utilizada en el desarrollo de esta 'carne' sea útil para elaborar otros productos hechos a base de carne e incluso con pescados", afirma Brown.

¡Eureka!

La inspiración le llegó al científico cuando se puso a pensar cuál era el problema más importante del mundo que él podía ayudar a resolver.

Fue así como se tropezó con su momento eureka: el impacto ambiental causado por la cría de animales que, entre otras cosas, se utilizan en la elaboración de productos lácteos y carne.

"El sector utiliza un tercio del agua que se consume mundialmente y un porcentaje similar de tierras. Como consecuencia, los gases de efecto invernadero que genera solo son superados por los que ocasiona la industria energética", le dice Brown a la BBC.

Actualmente, la "carne" se vende en cuatro restaurantes lujosos en Estados Unidos.

Pronto estará en el menú de tres más y la idea es que, en los próximos meses, esté disponible en muchos restaurantes más a un precio competitivo.

Sin embargo, dice el médico, no verás "hamburguesa vegana" escrito en el menú.

El término "crea divisiones", dice Brown. Como alternativa, se le llama "hamburguesa imposible", con un mensaje adjunto que explica que está hecha a base de plantas.

"La gente no tiene que cambiar sus creencias o comprar algo por su filosofía. Nosotros tenemos la misión de hacer una hamburguesa que sea deliciosa y asequible", asegura.

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