Un bebé que pasó más de 10 meses en la unidad de cuidados intensivos neonatales pudo finalmente irse a casa, en parte gracias a su enfermera, que luego se convirtió en su madrina.

Ricki Ann Gandy dio a luz a su hijo Oliver cuando solo tenía 25 semanas de embarazo, en un hospital de Alabama, en Estados Unidos. El pequeño pesó solo 680 gramos y midió 32 centímetros.

El doctor le advirtió a Gandy y a su pareja que el niño tenía varios problemas de salud, y que tomaría bastante tiempo que sus pulmones se desarrollaran lo suficiente como para que pudiera irse a casa.

El bebé fue trasladado a cuidados intensivos mientras su madre se recuperaba. Pero cuando Jeremy Sullivan, el padre de Oliver iba a visitarlo, se dio cuenta que una enfermera siempre se encontraba cuidando a su hijo. Esa enfermera era Savannah Galloway.

Galloway lleva 5 años en la UCI neonatal del hospital, y asegura que ama a todos los bebés en su trabajo, pero según le contó a ABC News, por alguna razón se acercó más a Oliver. ​

Cuando Gandy se recuperó y pudo conocer a la enfermera, ambas conectaron de inmediato. Y aunque Oliver debió ser trasladado a otro hospital, Galloway se mantuvo en contacto con la familia durante todo el proceso.

En el nuevo hospital Oliver tuvo un problema respiratorio y debió recibir ventilación mecánica.

Gandy y Galloway se dieron cuenta que vivían cerca, y pronto la enfermera y su esposo comenzaron a visitarlos para entregarles cosas y asegurarse de que estuvieran bien. Los Galloway incluso visitaron a Oliver en el nuevo hospital.

Fue así como Gandy y Sullivan decidieron que querían que Galloway y su marido fueran los padrinos de Oliver, una propuesta que fue recibida con gran emoción por los Galloway.

Luego de 10 meses en tres hospitales distintos, y tras superar varios problemas de salud, finalmente Gandy y Sullivan pudieron llevarse a su guagua a casa el 8 de abril. Luego de meses de cuidados, las enfermeras del último hospital de Oliver lo acompañaron a la salida para despedirse de él.

Actualmente los Galloway visitan con regularidad a Oliver en su casa, y según Gandy, la enfermera y su esposo ya forman parte de su familia.

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