Una casa sombría en el fin del mundo. Esa es la impresión que transmite el hogar en la costa norteña de Chile habitado por unos cuantos sacerdotes. Casi como en una película de horror, el director Pablo Larraín pone en escena el escenario principal de “El Club”.

Este está integrado por cuatro curas jubilados que viven en un caserón retirado junto al mar. Los dignatarios eclesiásticos parecieran compartir un secreto oscuro. Poco a poco, el público se entera de que la Iglesia católica chilena usa la casa como lugar de retiro para aquellos sacerdotes que han incurrido en abusos sexuales y otros delitos graves.

El director Pablo Larraín cuenta que, en el marco de sus investigaciones, dio con muchas casas de este tipo, y no solo en Chile. Afirma que en primer lugar no le interesó mostrar los casos prominentes: “Me interesaron los casos de curas que viven en las localidades pequeñas y que nadie conoce. Aquellos que son culpables y que fueron retirados de sus cargos antes de que el escándalo saliera a la luz”.

Uno de los temas que Larraín aborda en su película “El Club” es el hecho de que la Iglesia católica ha escapado a la Justicia estatal y creado su propio sistema judicial a través de esas casas. “La Iglesia tiene más miedo a la prensa que al infierno”, dice el director.

Peligrosa dinámica de grupo

No obstante, Larraín también cuenta otra historia en su película: la de un “club” con sus propias reglas, de una vida más allá del “mundo normal”. “Los habitantes de la casa son muy vulnerables, frágiles, parecen ser personas humildes”, señala el director. “Sin embargo, se vuelven peligrosos como grupo, porque tienen algo que defender, su forma de vida, la impunidad, su forma de ver el mundo”.

Por último, “El Club” también aborda la dictadura militar en Chile. Según Larraín, las casas de retiro son “casi como un pequeño Chile unido por la impunidad”. Y añade: “El dictador Pinochet murió libre y millonario. Pareciera como si con el tiempo la Iglesia se hubiera convertido más en una corporación que en una comunidad religiosa. Se trata de un sistema de impunidad muy parecido al sistema de la dictadura”.

El hecho de que la película, que se estrena en cines alemanes este cinco de noviembre, cuente mucho más que “solo” la historia de unos cuantos sacerdotes chilenos con un pasado oscuro al parecer también convenció en febrero de este año al jurado del Festival de Cine Berlinale, donde “El Club” fue galardonado con el Oso de Plata del Gran Premio del Jurado. 

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