Probablemente la imagen principal del equipo de "Cincuenta sombras de Grey" —con los protagonistas Jamie Dornan y Dakota Johnson al centro, la directora Sam Taylor-Johnson a la izquierda y la escritora E. L. James a la derecha, separadas— no sea cuestión de la casualidad.

Se conocía que ambas mujeres nunca se llevaron bien durante el rodaje, incluso que los actores no tenían mucho tacto entre ellos, pero ahora fue la propia cineasta la que reveló los profundos conflictos que hubo durante la grabación de la película basada en el best seller erótico del mismo nombre.

Taylor-Johnson aseguró a The Sunday Times que "¿Sabiendo ahora cómo es ese proceso de trabajo, volvería? Claro que no, tendría que estar loca. Fue una lucha con muchas discusiones, yo intentaba batear para el lado correcto. Me gusta todo el mundo por lo que me confunde que a la gente no le guste yo. Estaba muy confundida con E.L. James, no entiendo por qué no pude llevarme bien con ella, no hubo conexión".

Y ahondó en las causas de su nula relación: "Teníamos dos visiones creativas distintas. Todo era su visión contra la mía, y estaban en lados completamente opuestos. Cada escena era una lucha. Fue duro. Era como subir una colina cubierto de alquitrán".

"Su idea era 'esto es lo que los fans esperan. La mía era 'vamos a hacer algo que cumpla sus expectativas pero creando un nuevo universo al mismo tiempo'", añadió.

Mientras E.L. James quería replicar cada página del libro en la pantalla grande, Sam Taylor-Johnson quería realizar su propia interpretación del mundo y la relación entre Christian Grey y Anastasia Steele.

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