El Estadio Nacional está listo para recibir a U2. La pantalla de 61 metros de ancho con tecnología 8K fue instalada en un trabajo que duró cinco jornadas y la pasarela en forma del representativo árbol que engalanó la contratapa del álbum "The Joshua tree" (1987) se enraizó a la derecha del escenario para tener a Bono y los suyos más cerca de la fanaticada local. Este sábado el cuarteto irlandés se presenta por cuarta vez en Chile, revisitando de manera íntegra el disco que catapultó a la banda al éxito mundial y marcando las pautas de la música en vivo, en una labor ininterrumpida durante las últimas tres décadas.

Porque el telón digital de fondo es el de mayor resolución en todo el circuito de conciertos. Y cuando los integrantes del conjunto se ubiquen estratégicamente al centro —con el frontman levantando la mano en señal de lucha— jugando con las sombras que genera la descomunal muralla, dejarán una nueva postal en su historial con nuestro país.

Al 11 de febrero de 1998 lo recordamos por los goles de Marcelo Salas a Inglaterra en Wembley, pero también por el primer concierto de U2 en Chile. La gira "PopMart Tour" los trasladó hacia destinos inexplorados por ellos como Sudáfrica, Israel y Sudamérica; y la espera por verlos terminó reflejada en un escenario que incluía un arco dorado gigante coronado por una bola disco color limón y otra estructura esférica metalizada de donde los músicos aparecieron con las camisetas del "Matador" e Iván Zamorano, además de un emotivo segmento en que la banda estuvo acompañada por las madres de los Detenidos Desaparecidos de la Dictadura de Pinochet.

El regreso vino ocho años después con "Vertigo tour", que presentaba su más reciente álbum "How to dismantle an atomic bomb" (2004) y que como novedad trajo una pasarela en forma de elipse que encerraba a los fans en una zona bautizada como "refugio antibombas" —una suerte de cancha VIP donde el público tenía más contacto con el grupo—. También un mensaje de paz y unidad expresado en los símbolos del islamismo, el cristianismo y el judaísmo representados en la palabra "Coexista".

La última revolución llegó en 2011 con "U2 360° Tour" y el escenario más grande jamás construido para un concierto: una estructura ubicada casi al centro de los estadios donde se realizaron los shows, con los asistentes rodeando a los músicos y mirando hacia arriba una imponente garra con cuatro puntas que se erigía a 50 metros de altura. De hecho, su magnitud hizo que se construyeran tres esqueletos distintos para poder cumplir con las fechas en los plazos estipulados.

Los artistas invitados, en tanto, han sido otra atracción. En 2006 fue Franz Ferdinand, en 2011 estuvo Muse y esta jornada tendrá como acto de apertura a Noel Gallagher's High Flying Birds, que presentará un show dividido entre los éxitos de Oasis y su catálogo solista —durante la semana estrenó en vivo su último single "Holy mountain"—.

Otro de los tantos ingredientes de una experiencia en vivo que toda la industria ha tomado como referencia, dándoles a los hombres de "One" un lugar en la vanguardia. 

Noel Gallagher: la lucidez del hermano mayor

Noel Gallagher (50 años) no necesita tanta atención como su hermano Liam. El guitarrista y ex cerebro de Oasis ya prefiere ganarse el respeto y admiración de los fanáticos, de la crítica y sus pares, renovando su abultado catálogo de himnos de la música británica en vez de aparecerse por cada medio de comunicación de la isla apuntando con el dedo el actuar de otros músicos.

 

Publicidad