Mark Billingham fue parte del ejército de Inglaterra y hasta fue condecorado por ello, llegando hasta a luchar en Irak. Pero el hombre está haciendo noticia por haber revelado un singular trabajo que tuvo después de su rol de militar: fue guardaespaldas de Brad Pitt, Angelina Jolie y los hijos de estos actores que recientemente se han separado y están en un proceso de divorcio.

"Fui el responsable de la seguridad de Brad y Angelina. La carrera militar me sirvió perfectamente para hacerlos con ellos", contó Mark a The Sun, destacando que "la principal preocupación de ellos era el secuestro de sus hijos... todo se trata de dinero".

Billingham agregó que "Angie y Brad estaban muy preocupados acerca de quiénes estaban cerca de sus hijos. Estuvo claro desde el comienzo que teníamos una gran química y ellos me confiaban a los pequeños. Nos volvimos muy cercanos y viví con ellos todo el tiempo".

Eso sí, frente al temor de que a Maddox, Pax, Zahara, Shiloh, Knox y Vivienne les pudiera pasar algo, debían contratar personal extra, aunque no dejaban que ninguno se acercara a ellos. "Podían cuidarlos a la distancia, pero ninguno podía tocarlos", aclaró el ex militar. Él sí tenía ese privilegio y hasta señala que "yo los eduqué, básicamente"

Los "acosadores" resultaban otro gran tema para la ex súper pareja de Hollywood. Contó el caso de un hombre que había seguido a Angelina por todo Estados Unidos. Entre la multitud que aparecía en cada presencia de la actriz, el hombre la miraba con furia. Nadie lo notaba, salvo Billingham. Un día se acercó a ella, como los demás, para que le firmara fotografías. Pero él impidió que la mujer se acercara. En cambio, bajó de su vehículo y le pidió las fotos. "Son todas fotos personales", se sorprendió Angelina. "El hombre huyó y apareció luego en el hotel, donde lo detuve", rememoró Mark, manifestando que "para mí, era un típico caso como el de John Lennon".

Sin embargo, era más preocupante que atacaran a Pitt y no tanto a Jolie. "Cuando ella estaba con Brad, él mostraba furia en su rostro. La gente la ama a ella, pero lo odia a él", explicó.

Billingham también declaró que no solamente debía cuidar que el matrimonio estuviera a salvo, sino que cuidar su imagen, de cierta manera: "no era tanto el lado físico, sino el lado social. Tenía que asegurarme que su imagen estuviera protegida, que estuvieran vestidos adecuadamente y que no hicieran cosas tontas que pudieran ser tomadas por una cámara".

A eso añadió que "me sorprendió el poco sentido común. Encontraba loco que me preguntaran cosas como '¿cómo hago para llegar a ese bar?' o '¿qué tengo que hacer para llegar allí?'. No son estúpidos, pero por el mundo en el que viven no hicieron ese tipo de cosas por mucho tiempo. Eso lo encontraba raro".

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