Un horrible suceso se vivió en Indonesia, cuando el pasado viernes una investigadora fue devorada viva por un cocodrilo de cinco metros, al cual se encontraba alimentando.

Daisy Tuwo, de 44 años, estaba protegida por una reja de contención, la cual fue fácilmente sobrepasada por el animal, quien llevó entre sus fauces a la mujer, para posteriormente comérsela en su pozo.

El cocodrilo, de nombre Merry, fue encontrado junto al torso y brazo izquierdo de Tuwo, que se encontraban flotando, por lo que fue contenido y llevado a un refugio de vida salvaje, para intentar encontrar otras partes del cuerpo de la víctima.

"Nos provocó curiosidad cuando miramos el pozo, había un objeto flotando, era el cuerpo de Daisy (...) Quizás se deba a que el cocodrilo estaba satisfecho, por lo que no terminó de comerse el cuerpo entero", relató Erling Rumengan, colega de la fallecida.

Tuwo, quien fuera descrita por sus compañeros como una persona callada y amante de los animales, se une a una lista sin fin de personas que han sufrido accidentes fatales por culpa de cocodrilos.

A principios de enero, una mujer y su hijo de cinco meses fueron atacados fatalmente por uno de estos reptiles, cuando estaban paseando a orillas del lago Albert, en Uganda.

Otro reptil fue protagonista del asesinato de un pastor etíope, el cual se encontraba realizando un masivo bautizo de 80 personas, en el lago Abaya.

A mediados del 2018 se hizo viral la historia de la perra Pippa, una valiente Terrier que se dedicaba a perseguir y morder cocodrilos. Su suerte terminaría cuando uno la atrapara y se la llevara al agua, quedando registrado en video.

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