A. I. Kizuna es toda una celebridad en Japón.

Tiene cerca de seis millones de visualizaciones en YouTube y en menos de cuatro meses de actividad -su primer video fue publicado el 29 de noviembre de 2016- ha publicado más de 60 videos.

En ellos habla de todo tipo de temas: desde inteligencia artificial hasta los videojuegos que más le gustan, los muebles que le gustaría comprar o su afición para dibujar gatos.

Algunos incluyen entrevistas e incluso juegos con otro personaje de anime virtual. Y varios de ellos tienen subtítulos en español y en inglés.

Sus fans están encantados con ella. A menudo le dejan comentarios alabando su trabajo o su sugerente forma de hablar.

Pero ni siquiera su voz es real.

Kizuna es la primera vloguera virtual de la historia.

Es una youtuber completamente artificial creada con MikuMikuDance (MMD), un software de código abierto que permite hacer animaciones capturando el movimiento en 3D.

El programa fue creado por el desarrollador japonés Yu Higuchi en 2007 y permite su uso sin ánimo de lucro a todo el que lo desee.

Pero, aunque se sabe con qué tecnología se hizo, no se sabe quién lo hizo. ¿Quién escribe los guiones? ¿Quién le pone la voz? Es un misterio.

Es mismo software dio vida a otros personajes virtuales, como Hatsune Miku, el holograma que se ha convertido en una estrella de la música pop en el país.

Pese a no ser de carne y hueso, la celebérrima Hatsune Miku ha participado en conciertos reales en forma de holograma virtual y se ha convertido en una artista consolidada en el mercado musical con éxito mundial.

Fama virtual

Su fama es tal que los ministerios de Agricultura, Bosques y Pesca de Japón la escogieron recientemente como su imagen corporativa para hacer una campaña sobre la gastronomía nipona.

El video -disponible en YouTube- permite hacer un recorrido por platos típicos del país asiático a través de un viaje virtual.

Su voz sintética fue creada con el sintetizador de voz Vocaloid por parte de la empresa Crypton Future Media y detrás de ella se esconde el timbre de la dobladora nipona Saki Fujita. Su imagen es obra de Kei Garou, una reconocida artista de manga.

Hatsune Miku -cuyo nombre significa en japonés"el primer sonido del futuro"- comenzó su "carrera musical" en 2007. En ese momento, tenía 16 años. Hoy tiene la misma edad.

"La ídolo japonesa ha eclipsado a otros cantantes tanto en calidad como en cantidad", escribe el músico japonés Yo Zushi en la revista digital británica New Statesman.

"Su repertorio consiste en unas 100.000 canciones y sus videos tienen millones de visitas en Nico Nico Douga [el equivalente japonés de YouTube]", agrega el crítico musical.

Y en YouTube cuenta con más de 88 millones de visitas.

Pero, además, Yo Zushi dice que Miku es , probablemente "la primera estrella de financiación colectiva: sus canciones son compuestas por sus fans, quienes también configuran sus pasos en el escenario usando el software MikuMikuDance".

Miku adopta la personalidad de sus fans (y solamente en Facebook, tiene más de dos millones de seguidores).

Para muchos, es una versión moderna de Gorillaz, considerada la primera banda musical virtual, que fue creada en 1998.

Pero hay otros "vocaloids" (desarrollados con el mismo software) que le hacen la competencia.

Meiko (2004) y Kaito (2006) fueron las primeras creaciones de Crypton Future Media.

Kaito fue la primera voz masculina de la compañía, y Meiko fue la primera cantante virtual del país, aunque sigue siendo popular hoy día.

En 2007 nacieron mellizos Rin y Len Kagamine, y en 2009 llegó Megurine Luka, otro personaje animado capaz de cantar en japonés y en inglés.

Ian Condry, un profesor de cultura pop japonesa en el MIT, le dijo a la revista tecnológica Wired que los cantantes y vlogueros virtuales funcionan "como una plataforma" para la gente.

"Se convierten en una herramienta de conexión que cobra vida a través de la participación de la gente", sostiene el especialista.

Tal vez esa sea la clave del éxito de A.I. Kizuna.

Pero tal vez su mayor ventaja es que, a diferencia de otros youtubers, Kizuna nunca envejecerá. Y su éxito no ha hecho más que empezar.

Publicidad