Es la reina, la madre, el cerebro, la voz y las manos del folclor chileno. Parte del clan Parra, el legado de Violeta es eterno y vive en sus canciones, hechas de poesía campesina y mirada femenina, vive en sus investigaciones del folclor nacional, el que buscó a pie, casa a casa, voz a voz; y vive en sus arpilleras y demás piezas de arte. Cumpliría 102 años y sólo queda celebrarla.

Hija de un profesor y una campesina, Violeta es parte de la familia Parra, la misma de Nicanor, Eduardo y Roberto. La infancia la pasó en el mundo rural; desde pequeños los niños mostraron vocación artística, y Violeta comenzó en la adolescencia a presentarse en público con guitarra y su hermana Hilda. La familia, siempre con problemas económicos, se trasladó a Santiago, donde Violeta siguió buscando en el canto una manera de ganarse el pan y de expresarse. Se casó dos veces, tuvo hijos, pero sobre todo Violeta Para necesitaba ser libre y necesitaba crear, constantemente. Comenzó a tratar de recuperar algo tan intangible como el folclor, viajando por Chile, guitarra al hombro, para plasmar, recordar y rescatar el canto chileno, el habla, las historias, y todo lo que hace de una tierra algo único. Recopiló miles de canciones en los libros Canto Folclórico Chileno y Cantos Campesinos.

En los años 50 comenzó a grabar sus primeras canciones y ganar reconocimiento tanto en Chile, como en Francia, donde se fue a vivir por un par de años. Luego vendría su expansión artística a los óleos y arpilleras, también a cerámicas. Nuevos viajes donde era aclamada y donde se convertía en la embajadora de una cultural que en Chile no siempre se valoraba.

Ya en 1965 se instaló de vuelta en Chile, de manera definitiva, y puso su carpa en La Reina esperando a cientos de asistentes; no tuvo éxito. Eso se sumó a un periodo de difíciles decepciones amorosas, las que también la marcaron. En 1967, Violeta Parra se quitó la vida. Hoy su legado vive en un Museo levantando en su nombre, y cientos y cientos de obras y canciones, algunas que han dado la vuelta al mundo, como Gracias a la vida. Es una de las artistas, sino la más, influyente en las nuevas generaciones, tanto chilenas como sudamericanas.

La celebramos con un extracto del poema escrito por su hermano Nicanor, “Defensa de Violeta Parra”

“Jardinera

…………. locera

………………….. costurera

Bailarina del agua transparente

Árbol lleno de pájaros cantores

Violeta Parra.

 

Has recorrido toda la comarca

Desenterrando cántaros de greda

Y liberando pájaros cautivos

Entre las ramas.

 

Preocupada siempre de los otros

Cuando no del sobrino

…………………………… de la tía

Cuándo vas a acordarte de ti misma

Viola piadosa.

 

Tu dolor es un círculo infinito

Que no comienza ni termina nunca

Pero tú te sobrepones a todo

Viola admirable.

 

Cuando se trata de bailar la cueca

De tu guitarra no se libra nadie

Hasta los muertos salen a bailar

Cueca valseada”.

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