Como cada año, durante la Semana Santa son millones los fieles en distintas partes del mundo que participan en actos y costumbres religiosas para recordar la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Se trata de una tradición, que se instauró oficialmente en el siglo IV, que ha ido acompañada a lo largo de los siglos de una serie de mitos que, aunque no forman parte de la doctrina católica, persisten en la cultura popular.
Algunas de estas creencias son un tanto extrañas y otras incluso insólitas, y muchas personas las siguen practicando por tradición o por temor a sus "consecuencias".
A continuación, repasamos 10 de los mitos más curiosos y llamativos que suelen repetirse durante Semana Santa y en distintas zonas del mundo.
10 mitos de Semana Santa (y sus supuestas consecuencias):
1: No bañarse en ríos o lagunas
En sectores rurales de Colombia y otros países de tradición católica, se mantiene la creencia de que bañarse en aguas naturales, como ríos, lagunas o el mar, durante Semana Santa, podría provocar que la persona se transforme en pez.
Aunque en las ciudades esta superstición se ha ido perdiendo con los años, en algunas comunidades aún se respeta, especialmente entre adultos mayores, quienes afirman que esta advertencia se ha transmitido de generación en generación para evitar accidentes acuáticos durante esos días.
2: Evitar comer carne roja
Uno de los rituales más conocidos durante Semana Santa es la abstinencia de carne.
La tradición católica invita a los fieles a no consumir carnes rojas como vacuno, cerdo o cordero, y en su lugar optar por pescados o mariscos. Se trata de una práctica que busca recordar el sacrificio de Jesús y promover un acto simbólico de humildad y renuncia.
Aunque la mayoría lo cumple por respeto religioso, también existen personas que lo siguen por costumbre o para mantener la tradición familiar.
3: No realizar labores domésticas
En algunas familias creyentes, se evita hacer ciertos oficios del hogar durante los días santos.
Según esta creencia, lavar ropa podría traer mala suerte, barrer es considerado como un acto simbólico de limpiar el rostro de Cristo y utilizar clavos o herramientas punzantes, es visto como un recuerdo directo del sufrimiento de Jesús en la cruz.
Por ello, en muchos hogares se opta por pausar estas tareas como una forma de respeto, dando prioridad al descanso y la reflexión espiritual.
4: Abstenerse de tener relaciones sexuales
Durante el Jueves y Viernes Santo, se recomienda evitar las relaciones sexuales, ya que se considera un acto inapropiado en días de recogimiento.
En algunas zonas, incluso se asegura que las parejas que incumplan esta advertencia podrían quedar “pegadas” como castigo divino.
Aunque esta superstición no tiene ningún respaldo oficial de la Iglesia, sigue siendo popular en algunas comunidades más conservadoras, donde se promueve la abstinencia total como una muestra de respeto hacia la conmemoración religiosa.
5: No escuchar música
Otra de las recomendaciones tradicionales es evitar escuchar música durante Semana Santa, en especial entre el jueves y viernes.
Resulta que, según la tradición, en estos días se debe mantener un ambiente de silencio y recogimiento, dedicando el tiempo a la oración, la reflexión y la participación en actos litúrgicos.
Incluso en algunos pueblos pequeños, años atrás se suspendían las fiestas, radios y cualquier tipo de celebración para respetar el duelo por la muerte de Jesús, aunque hoy esta costumbre se ha flexibilizado, aún sobrevive en ciertos sectores.
6. No trabajar durante Jueves y Viernes Santo
La costumbre de detener las actividades laborales durante estos días viene de una antigua tradición que invita a los creyentes a descansar y dedicarse a la oración.
Estos feriados religiosos permiten recordar, además, que según la Biblia Dios descansó tras la creación del mundo.
Por eso, en varias culturas se recomienda no realizar tareas mundanas ni negocios en esos días, ya que se cree que las personas deben centrarse únicamente en actividades espirituales y de recogimiento.
7. No vestir de rojo
Lamentablemente y de manera histórica, el color rojo ha sido históricamente asociado con la lujuria, el pecado y el demonio.
Por esta razón, muchas personas evitan utilizar prendas de este color durante Semana Santa, especialmente en los días más solemnes como el Viernes Santo, ya que se cree que vestir de rojo podría atraer la presencia del mal o simbolizar una falta de respeto hacia el sacrificio de Cristo.
Aunque hoy esta superstición es menos conocida entre las nuevas generaciones, aún se respeta en sectores más tradicionales.
8. No cortarse el cabello
Respecto a esta creencia a día de hoy existen versiones contrarias.
Por un lado, se dice que cortarse el cabello en Viernes Santo asegura que crezca fuerte y saludable durante el resto del año, pero por otro lado, algunos creen que hacerlo puede atraer la mala suerte o que es un acto inapropiado en días destinados al recogimiento espiritual.
A pesar de estas diferencias, en muchos hogares se evita cualquier cambio de imagen durante la Semana Santa como una muestra de respeto y sobriedad.
9. No salir después de las 3:00 p.m.
Según la tradición cristiana, Jesús murió a las 3:00 de la tarde, por lo que a partir de esa hora se considera un momento de duelo y recogimiento, por lo que algunas personas prefieren no salir de sus casas, especialmente el Viernes Santo.
Se cree que realizar actividades después de esa hora podría desatar la ira divina o ser visto como una falta de respeto hacia el sacrificio de Cristo, aunque se trata de una costumbre que se ha ido perdiendo con el tiempo.
10. No trepar árboles
Finalmente, y no por eso menos importante, una de las supersticiones más curiosas indica que trepar un árbol durante Semana Santa, en especial por parte de niños, podría hacer que la persona se transforme en mono.
Esta creencia, que mezcla elementos religiosos y populares, tiene como propósito evitar accidentes en días que se consideran sagrados, al igual que la costumbre de evitar nadar en ríos.
Aunque hoy suena inverosímil, sigue transmitiéndose como advertencia en algunos sectores rurales, recordando las antiguas leyendas que han acompañado estas fechas por generaciones.