Falsas alertas sobre un hombre muerto a tiros en un control por el coronavirus, una vieja grabación que informaba sobre una estampida en un supermercado o un vídeo de 2015 de un operativo policial en un burdel que circulaba con afirmaciones engañosas.

La avalancha de desinformación en internet y las "fake news" durante la crisis del coronavirus están causando miedo y confusión en Asia, y en todo el mundo, donde los infractores del confinamiento se enfrentan a la cárcel y a altas multas en algunos países.

La AFP ha chequeado más de 150 noticias falsas relacionadas con el confinamiento en la región desde febrero, cuando los gobiernos, más allá de China, empezaron a imponer restricciones para frenar la propagación de la covid-19.

Las noticias falsas son creadas por una amplia variedad de personas con diferentes motivaciones: desde los que tratan de desacreditar a los gobiernos y profundizar las divisiones religiosas a los bromistas. Y se comparten rápidamente como hechos verdaderos.

En abril, un bulo que se publicó en Facebook en Filipinas sugería que un motociclista había muerto a tiros por saltarse un control. 

En realidad, las imágenes, que fueron vistas decenas de miles veces y muchas veces compartidas, eran de un ejercicio de entrenamiento policial.

Algunos usuarios estaban escandalizados y cuestionaron la supuesta brutalidad de la policía en el archipiélago, acusada desde hace tiempo de violar los derechos humanos y de liderar la polémica guerra contra las drogas del presidente Rodrigo Duterte.

Pero otros sugirieron que el hombre era un "cabeza dura" al que habían castigado justamente por ignorar el control, haciéndose eco del tipo de sentimientos que muestran los seguidores de Duterte que se alegran de los miles de muertos que deja la guerra contra las drogas.

En Filipinas circulaba también otra desinformación sobre las extensiones del confinamiento y mensajes falsos sobre las protestas antigubernamentales desacatando la prohibición de congregaciones.

En otros lugares de Asia, como Tailandia, en Facebook circuló un vídeo que supuestamente mostraba a compradores en busca de alimentos en Malasia después de que se decretó un estricto confinamiento.

Los usuarios tailandeses de Facebook, que vieron el vídeo cientos de miles de veces, lo compartieron con comentarios que manifestaban su preocupación sobre la existencia de escenas similares en Tailandia.

El vídeo, en realidad, mostraba a consumidores en Brasil en el Viernes Negro de noviembre de 2019, la orgía de consumismo que se extendió por el mundo procedente de Estados Unidos.

La desinformación "ha provocado mucha incertidumbre y ansiedad en la gente", dice Yvonne Chua, profesora asociada de periodismo en la Universidad de Filipinas.

- Mascarillas, compras de pánico -

El caos en internet ha sido mayor cuando los gobiernos han comunicado poco, explica Axel Bruns, profesor de periodismo en la Universidad de Tecnología de Queensland en Australia.

"Me parece a mí que cuanto más efectiva ha sido la comunicación de los gobiernos sobre el confinamiento y sobre todos los aspectos de su respuesta al coronavirus, menos pie había para la desinformación", dice Bruns.

En Tailandia, donde las restricciones a los desplazamientos se decretaron en marzo, la ansiedad se propagó con mensajes engañosos que decían que las personas que no llevaran mascarillas serían multadas con hasta 200 baht tailandeses (6 dólares).

Rápidamente, la desinformación se propagó por Facebook, Twitter y la aplicación de mensajería Line, y la policía tailandesa se vio obligada a refutar esa información en una conferencia de prensa.

Pero menos de un mes después, sin embargo, algunas provincias imponían multas mucho más altas para aquellos que no llevaran mascarilla, creando y propalando más confusión.

- La mentira del ataque con hacha -

En Pakistán, donde las restricciones para frenar el coronavirus han sido suavizadas recientemente, un video sugería que compradores habían intentado huir de un almacén después de que la policía descubrió que habían infringido el confinamiento.

Pero el vídeo era de una incursión policial contra un burdel en 2015.

Muchos usuarios paquistaníes señalaron que el vídeo era viejo, pero para entonces, decenas de miles de personas lo habían visto en Facebook, Twitter, YouTube y WhatsApp.

En la vecina India, la desinformación ha sido abundante después del confinamiento impuesto en marzo.

Algunos casos destacados de desinformación incluyeron difamaciones, rumores sobre las rígidas medidas de confinamiento y desinformación destinada a exacerbar las tensiones religiosas.

Un vídeo de un ataque con hacha fue visto decenas de miles de veces en falsas entradas en Facebook y Twitter, con mensajes que decían que eran islamistas extremistas matando a un hindú durante el confinamiento.

En realidad, el vídeo mostraba un ataque en Pakistán.

Mientras algunos usuarios de las redes sociales identificaron que el vídeo era de fuera del país, otros se sintieron engañados y pensaban que India necesita "un gobierno militar".

Bruns dice que esta avalancha de desinformación se debe en parte a la incapacidad de los gobiernos a tranquilizar a sus ciudadanos.

"La circulación de la desinformación ha aumentado durante estos tiempos porque la gente busca desesperadamente respuestas a sus preguntas sobre lo que está ocurriendo, por qué y qué pueden hacer para protegerse a sí mismos", explica.

"Y si no pueden encontrar respuestas suficientemente satisfactorias de fuentes oficiales, las buscan en cualquier parte", advierte.

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