Para todos ha sido difícil lidiar con la pandemia del coronavirus COVID-19 y también con la cuarentena que se ha establecido en gran parte del país y también en el mundo.

Sin embargo, para quien ha sido especialmente compleja toda esta situación es para Paulina Urrutia, actriz chilena que junto a su esposo, Augusto Góngora, han tenido que aislarse para cuidar la salud del periodista, quien en 2014 fue diagnosticado con Alzheimer.

Según contó Urrutia a LUN, la situación actual “ha sido absolutamente devastadora”. “No sé cómo explicarle qué significa para una persona con esta enfermedad perder el contacto con otros seres humanos. La enfermedad ha avanzado como si hubieran pasado años”.

“Ha sido terrible, he necesitado apoyo anímico que nunca pensé que iba a requerir. Ha sido devastador ver cómo la enfermedad avanza. El Augusto tiene ahora más de un 80% de deterioro funcional y requiere apoyo para todo. Necesita desde que le dé de comer hasta que lo acompañe al baño”, expresó la actriz.

En este sentido declaró que debe haber políticas públicas para que ayuden a las personas con Alzheimer con sus terapias kinesiológicas. “Él hacía pilates tres veces por semana y contaba con seis horas de terapias ocupacionales repartidas entre martes y jueves. Con la pandemia no pudo ir nunca más al parque ni a los museos, porque es un adulto mayor y corre más riesgo de contagiarse”, sostuvo.

Pero pese a los resguardos que deben tener, la actriz comentó que se dan el tiempo para salir a caminar dos veces a la semana por el condominio y de ir al almacén de barrio a comprar. “El no comprende nada de lo que está pasando, cuando le pongo la mascarilla se enoja y le da una pataleta. Me dice yo no quiero nada con usted, señora. Tú no sabes la angustia y el dolor que me provoca eso”, agregó.

Sobre el estado de gravedad en el que se encuentra Góngora, Paulina señaló que “a parte del deterioro funcional, con la cuarentena el Augusto pasó a vivir cuadros de demencia, con no comprensión de la realidad (…) Para mí ha sido aprender a recordar que se acerca la muerte, que es un momento maravilloso para descubrir cómo hemos vivido”.

Por último, Urrutia se refirió a las dificultades que está viviendo el mundo artístico y cultural a causa de la pandemia.

“Para los que trabajamos en el sector de las artes, culturas y patrimonio ha sido devastador este período, porque no nos vemos reflejados en las políticas públicas. En lo personal, como en el día estoy absolutamente dedicada al Augusto, trato de multiplicar las horas en la noche para poder funcionar y al mismo tiempo descansar y dormir. Me he visto muy demandada y exigida, pero al mismo tiempo me da mucha alegría poder amar, proteger y cuidar al Augusto. Es la persona que más amo”, concluyó.

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