El nombre de Juan Carlos Varillas se ha hecho popular en el último tiempo en Perú.

¿Qué lo hizo toda una celebridad en el vecino país? El pasado miércoles 18 de junio, Varillas, de 31 años, fue detenido por la policía peruana en Huarmey junto a otras cinco personas por posesión de armas, por lo que fueron derivados a una comisaría de dicha ciudad.

Si bien el hombre fue liberado luego de que se comprobara que solo hacía de chofer y no tenía relación con quienes iban armados, terminó igual haciéndose conocido por una curiosidad: la firma de su Documento Nacional de Identidad (DNI), equivalente a la cédula de identidad nacional, y que correspondía a un gato.

Según publicó el diario La República, la rúbrica se compartió rápidamente por Facebook y el responsable explicó que su origen se remonta a cuando tenía 16 años, momentos en que tenía un gato, al que decidió homenajear en su documento legal. Sin embargo, los trabajadores del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) no se mostraron muy convencidos de la firma, por lo que él insistió y terminaron aceptándola.

De todas maneras, la curiosa rúbrica le ha traído más de un problema al hombre y principalmente en los bancos, ya que debe mostrar su DNI constantemente porque nadie cree que sea su firma.

El caso chileno

Si bien es un caso raro, no es el único, ya que en Chile también ocurrió una situación muy similar.

Fue durante las elecciones municipales de 2012 que se popularizó la firma de una joven llamada Catalina Bradford, de entonces 19 años, y cuya rúbrica era un "ratoncito".

¿Se podría hacer algo así en Chile?

Consultado por T13.cl, el Registro Civil explicó que "la firma es un elemento más dentro de aquellos que permiten identificar a una persona. Su forma y contenido quedan entregados al arbitrio de la persona que la consigna y, por lo tanto, esta institución no puede oponerse a que el(la) usuario(a) registre como firma algún símbolo distinto a su nombre y apellido, como por ejemplo un sello comercial, un dibujo o un grupo musical, salvo si se trata de un signo obsceno o discriminatorio para algún segmento de la población".

Aún así el organismo precisó que el funcionario del Registro Civil debe advertir al usuario de las inconveniencias que le pudiese generar firmar de esta manera aunque si éste insistiese, debe aceptar su petición.

En cuanto a la posibilidad de sonreír en la foto de cédula de identidad o pasaporte, el servicio fue claro: "Las fotografías deben cumplir con la Norma ICAO, lo que implica una correcta captura de los datos biométricos del rostro de la persona, respondiendo las fotografías a medidas de seguridad y no a cánones estéticos, debiendo el usuario(a) adoptar una expresión natural y con la boca cerrada", sostuvieron.

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