Dice la tradición que los niños bien portados pueden escribir una carta al Viejito Pascuero y este, si confirma que obedecieron a sus padres, estudiaron y fueron buenas personas, les traerá regalos en la noche de Navidad.
Las reglas navideñas son claras, pero ¿qué pasa con aquellos que no fueron buenos? Hay una tradición que no por cruel es menos popular: regalar carbón.
¿Por qué se regala carbón a los niños que se portan mal?
Como suele ocurrir en este tipo de tradiciones que mezclan la religión con ritos considerados paganos, el origen es difuso. Consigna ElDiario.es que el Papá Noel original que está basado en San Nicolás repartía regalos entre familias de buen comportamiento y los que no, simplemente se quedaban sin regalo.
A medida que la tradición se fue haciendo más popular, se le asignó un valor moral a los regalos y surgieron distintos personajes en torno al "universo" de Santa Claus, que en Chile conocemos como Viejito Pascuero.
Una explicación posible es que la idea de regalar carbón surgió entre países cristianos y la razón concreta es parte del mito del Pascuero que entra por la chimenea a las casas. Para muchos tiene sentido que Santa Claus no llegue con regalos para los niños desobedientes y a última hora agarre un trozo de carbón para entregarles.
Por otra parte, lejos de ser una improvisación de última hora, el carbón tiene raíces profundas en el folclore europeo.
En la tradición germánica, Knecht Ruprecht, el rústico acompañante de San Nicolás, entregaba carbón o varas a los niños que no sabían sus oraciones, mientras que en Italia, la bruja Befana llenaba los calcetines con 'carboncini' (carbón dulce o real) como símbolo de purificación.
Estas figuras son una suerte de opuesto al generoso santo, personificando un sistema de justicia moral. ¿Eres más de ganarte los regalos o el carbón?