AFP

La primera misión de la NASA diseñada para visitar un asteroide y traer una muestra de su polvo a la Tierra llegó el lunes a su destino, Bennu, dos años después del lanzamiento desde Cabo Cañaveral, Florida.

La misión de 800 millones de dólares, conocida como OSIRIS-REx, hizo contacto con el asteroide alrededor de las 12h10 pm (17h10 GMT), encendiendo sus motores por última vez.

"Hemos llegado", dijo Javier Cerna, un ingeniero en la Lockheed Martin, mientras sus colegas del control de la misión en Littleton, Colorado, saludaron y chocaron sus palmas, según se vio en una transmisión de televisión en vivo de la NASA.

De 500 metros de diámetro, Bennu es del tamaño de una pequeña montaña y se trata del objeto más chico que haya sido orbitado por una nave espacial del hombre. 

Bennu, un fragmento del sistema solar inicial, es también considerado potencialmente peligroso. Representa un leve riesgo, con una posibilidad en 2.700 de colisionar con la Tierra en 2135.

Rico en carbono, fue elegido entre unos 500.000 asteroides en el sistema solar porque orbita cerca del circuito de la Tierra alrededor del Sol, porque tiene el tamaño adecuado para el estudio científico y es uno de los asteroides más antiguos que conoce la NASA.

Los científicos esperan que revele más información sobre la formación tempranera del sistema solar y sobre cómo encontrar recursos preciosos como metales y agua en los asteroides.

"Con los asteroides, tienes una cápsula del tiempo. Tienes una muestra pristina de cómo era el sistema solar hace millones de años", dijo Michelle Thaller, un portavoz del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA.

"Es por eso que para los científicos esta muestra va a ser mucho más preciada que el oro", acotó.

Suave choque de cinco 

La misión fue lanzada en septiembre de 2016. Después de varios meses OSIRIS REx se había estado acercando a Bennu y finalmente alcanzó la roca espacial cuando estaba a casi 129 millones de kilómetros de la Tierra.

"Durante los últimos meses, Bennu se estuvo colocando en foco a medida que me acercaba", decía la cuenta del OSIRIS-REx en la red Twitter.

"Ahora que estoy aquí, volaré alrededor del asteroide y lo estudiaré con detalle", acotó.

La nave espacial esta equipada con un conjunto de cinco instrumentos científicos para estudiar el asteroide durante el siguiente año y medio, mapeándolo en alta resolución para ayudar a los científicos a decidir con precisión de donde tomar la muestra.

En 2020, la sonda estirará su brazo robótico y tocará el asteroide con una maniobra descrita como un "suave choque de palmas" por Rich Kuhns, director del programa OSIRIS-REx de Lockheed Martin Space Systems, en Denver.

Utilizando un dispositivo circular muy parecido a un filtro de auto, y una aspiradora inversa para recolectar polvo, tiene el objetivo de recoger aproximadamente dos onzas (60 gramos) de material de la superficie del asteroide y devolverlo a la Tierra para estudios adicionales.

La NASA dijo que podría conseguir mucho más material del asteroide, quizá más de dos kilos.

Los responsables de la agencia espacial de Estados Unidos esperan usar a OSIRIS-REx para traer la mayor carga que pueda de muestras desde la era del Apollo, activo en las décadas de 1960 y 1970, cuando exploradores estadounidenses recolectaron y trajeron a la Tierra 382 kilogramos de rocas lunares.

La agencia espacial japonesa JAXA fue la que probó por primera vez que la recolección de muestras de un asteroide era posible. 

En 2010 la nave espacial Hayabusa se estrelló en la superficie de su asteroide objetivo y logró extraer unos pocos miligramos de material en 2010.

Una vez que la misión exitosa de la NASA haya recolectado el polvo espacial de Bennu, la muestra se mantendrá enfrascada y será devuelta a la Tierra en 2023, cuando aterrizará en el desierto de Utah a finales de septiembre, dijo la NASA.

OSIRIS-REx es el acrónimo de Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification, Security-Regolith Explorer.

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