El estreno de la serie biográfica “Chespirito: sin querer queriendo”, que narra la vida del comediante Roberto Gómez Bolaños, ha provocado un nuevo fenómeno viral en redes sociales. El programa, centrado en el legado de uno de los íconos más importantes del humor latinoamericano, ha generado conversaciones que van más allá de la nostalgia, reavivando antiguas controversias entre los actores del clásico "El Chavo del 8".
Entre los temas que más han llamado la atención del público están las disputas fuera del set, especialmente aquellas relacionadas con Florinda Meza, actriz que interpretó a la icónica Doña Florinda. Según trascendió, la producción de la serie intentó negociar con Meza para utilizar su nombre real, pero al no lograr un acuerdo, el personaje fue rebautizado como Margarita Ruiz.
Una situación similar ocurrió con Carlos Villagrán, quien interpretó al personaje de Quico y fue representado como Marcos Barragán, y con el director Enrique Segoviano, rebautizado como Mariano Casasola, ambos distanciados en su momento de Gómez Bolaños.
Doña Florinda: del set a la psicología social
Más allá del ámbito televisivo, el personaje de Doña Florinda ha cobrado nueva relevancia en plataformas digitales debido al resurgimiento del llamado “Síndrome de Doña Florinda”, un concepto sociopsicológico acuñado por el autor argentino Rafael Ton.
En una entrevista para el programa "Hudson… tenemos un problema", emitido por el canal de YouTube La UNE, Ton explicó que este "síndrome" describe a personas que, a pesar de compartir condiciones similares con quienes las rodean, adoptan una postura de superioridad moral, económica o social, despreciando a su entorno inmediato. “Todos son chusma, excepto yo”, sería la mentalidad que mejor lo define, según el autor.
Ton señala que estas personas suelen construir un “púlpito simbólico” desde el cual emiten juicios constantes, a pesar de pertenecer, en términos reales, a la misma clase social que aquellos a quienes critican. Este tipo de comportamiento, representado magistralmente por el personaje de Meza, ha abierto un debate que vincula este fenómeno con otros conceptos como el complejo de superioridad o el síndrome de Hubris, caracterizado por actitudes arrogantes y una necesidad excesiva de validación.
Como publicó el diario Excélsior, este síndrome representa a aquellas personas que, pese a pertenecer a la clase media trabajadora, adoptan una actitud elitista, excluyente y despectiva hacia quienes consideran “inferiores”.