Dos profesores estadounidenses que trabajan en Corea del Sur se enteraron que en una zona de obras en la Isla de Jeju había varios cachorros de perro y su madre abandonados, por lo que decidieron ir a rescatarlos y llevaros hasta un refugio. 

En ese sentido, John y Karlee, se enteraron de la situación gracias a unos vecinos que aseguraron que la perrita y sus bebés vivían bajo una pila de troncos, muy cerca de un sector de demolición, por lo que decidieron prestarle ayuda a ella y a cachorros, pero no lograron convencerla del todo el primer día y solo cosiguieron capturar a las cinco crías

Al día siguiente volvieron al lugar para ver si aparecía la madre, y lo consiguieron dejando la jaula con los cachorros en medio del sitio. Sin embargo, cuando intentaron capturarla, la perra se mostró arisca y no les dejaba acercarse.

Esto motivó a los norteamericanos a intentar ganarse la confianza de la perra con la ayuda de golosinas, pero no tuvieron éxito, así que decidieron cambiar de táctica y colocaron la jaula con los cachorros en el remolque de una camioneta para llevarlos al refugio, ubicado a varios kilómetros.

Con alegría se dieron cuenta que al poner el vehículo en marcha la perra los seguía, y durante todo el trayecto corrió al lado de la camioneta que transportaba a sus cachorros, registró que fue captado desde otro auto que seguía a la camioneta. 

Los perros llegaron a su destino, donde se acostumbraron a su nuevo entorno seguro y al poco tiempo fueron enviados a Nueva York mediante la organización Korean K9 Rescue, que lucha contra el comercio y consumo de carne de perro en Corea del Sur.

 

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