Fue hace ocho años cuando Sam Ballard, de 19 años, se comió una babosa con un parásito que lo dejó paralizado. Y ahora, después de años de problemas médicos, el ex jugador de rugby falleció.

Todo comenzó el año 2010, cuando los supuestos amigos de Ballard lo desafiaron, como broma, a comerse la babosa que vieron en el patio de su casa, en Sydney. 

"Estábamos sentados tomando un vino tinto, tratando de actuar como adultos, y una babosa llegó por aquí", declaró uno de los mejores amigos de Ballard, Jimmy Galvin, al programa de noticias australiano The Project en abril.

Y agregó: "La conversación surgió: "¿Debo comerlo?" Y luego Sam se la comió. Así es como sucedió".

Unos días más tarde, Ballard comenzó a quejarse de dolores en las piernas.

“Dijo: 'Me comí una babosa; podría haber sido eso'", declaró su mamá, Katie. "Y dije: 'Nadie se enferma por eso'. Estaba asustado, así que ya sabes, como madre, todo lo que quieres hacer es tranquilizarlos".

Efectivamente, todo radicaba en la babosa, que lo llevó a contraer un gusano pulmonar de rata, o angiostrongiliasis, un parásito portado por ratas que afecta al cerebro y la médula espinal.

Sam estuvo en coma durante 420 días, y cuando se despertó se quedó paralizado y era incapaz de comer o ir al baño por su cuenta. También necesitaba una traqueotomía.

Durante años, su madre y médicos proporcionaron a Sam atención las 24 horas y su condición comenzó a mejorar. Pero el viernes Sam falleció, rodeado de familiares y amigos.

"La habitación estaba tan llena de amor", aseguró su madre a Ten Daily.

La mujer, sin embargo, no culpa a sus amigos por la broma.

"En lo que a mí respecta, él no hizo nada malo. Es solo una cosa tonta. Solo porque están siendo amigos y haciendo cosas juntos, no es tu culpa", sentenció. 

 

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