Muchos de los manifestantes -partidarios del ex presidente Álvaro Uribe, oponente de su sucesor, Juan Manuel Santos- argumentan que la paz no debe pagar el precio por la impunidad, consigna la BBC.
En este sentido, La Habana ha sido el escenario para las conversaciones sobre cómo abordar las relaciones con la guerrilla colombiana.
Los negociadores buscar destrabar cómo los rebeldes de izquierda deben deponer las armas, y si les corresponde ser procesados por las violaciones a los derechos humanos y el tráfico de drogas.
En Medellín Uribe encabezó la marcha, exhortando al ejército para que los apoyen luchando y derrotando a la guerrilla, independiente si el gobierno "quiere o no".
El ex mandatario también se manifestó a través de las redes sociales donde dijo: "Es mejor protestar que dejar entregar el país al terrorismo."
Uribe y sus aliados han argumentado que las FARC debe responder por los asesinatos, secuestros y el tráfico de drogas.
