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Convención Constitucional

Los cuchillos largos y ajustes de cuentas de la derecha en la Convención

Los cuchillos largos y ajustes de cuentas de la derecha en la Convención
Ex-Ante
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El sector no logró llegar a acuerdo para quedarse con alguna de las vicepresidencias de la constituyente, por una clara diferencia entre sus sectores más liberales y conservadores.

Chile Vamos aún no logra inscribir un candidato a la vicepresidencia, luego de que RN intentara forjar un fallido acuerdo con la centroizquierda para instalar en la testera a Cristián Monckeberg, símbolo de la derecha liberal. El fracaso de esas tratativas terminaron en una difícil negociación con la UDI, que no quiere la opción de Monckeberg. En el cargo poco podrá influir la coalición, pero, para muchos, esta situación pone al desnudo las dificultades que atraviesa el sector tras la derrota de Kast. Los convencionales afines al Partido Republicano han optado por perfilar su identidad, aunque aquello signifique el avance de la izquierda, lo que preocupa en Chile Vamos. ¿Cómo se proyecta lo que ocurre en la Convención con lo que sucede en la derecha?

Qué observar. Al mediodía de este jueves expiró el plazo para que los bloques y movimientos de la Convención Constitucional presentaran 24 patrocinios para ocupar una de las 7 plazas de la mesa ampliada de la constituyente. Solo se inscribieron 5 nombres, incluyendo al PC y el FA, pero no ocurrió lo mismo con la derecha, cuya plaza quedó vacante, al menos por ahora.

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Lo que se dijo. El convencional UDI Rodrigo Álvarez, vicepresidente de la Convención, reveló hoy las dificultades del sector para presentar una vicepresidencia, señalando que aún no logran reunir las 24 firmas para presentar un candidato. Álvarez señaló en Radio Agricultura que la noche del viernes, los constituyentes de RN le habían comentado a la prensa que ya tenían un vicepresidente listo para integrar la mesa ampliada, a partir de acuerdos que lograron fuera de la derecha.

  • “Nosotros teníamos la información, y así la había recibido, y así me la confirmaron ayer en la mañana, de que el grupo de RN y Evópoli tenían ya las firmas, por lo tanto tenía un vicepresidente potencial. De hecho, fui oficialmente informado por quien estaba negociando esta materia. Eso no fue así finalmente. Era una información falsa o equivocada, no tenían las firmas“, explicó.
  • “Nosotros, por otra parte, teníamos 21 votos y estábamos buscando si lográbamos las otras tres firmas. Lo que ocurrió es que nos encontramos el día de ayer en la mañana con que había que ponerse de acuerdo y empezar a conversar. Por su puesto, había otras materias en desarrollo y hemos estado la tarde de ayer conversando”, señaló.

La momentánea derrota de Cristián Monckeberg. Quien se había quedado en el camino era el convencional Cristián Monckeberg, ex presidente de RN y uno de los símbolos de la llamada derecha liberal en la constituyente. Para entonces, la UDI estaba a la espera del acuerdo de RN y la centroizquierda, con el fin de escrutar luego qué votos podían conquistar para ellos llegar por separado a la mesa ampliada de la Convención. Ni lo uno ni lo otro ocurrió, ya que ninguno de los partidos tienen autonomía para hacerlo.

  • Fue a partir de ese instante que RN acudió a abrir una negociación con la UDI para llegar a la testera, pero poniendo sobre la mesa el nombre de Monckeberg, lo que señalan fuentes de la coalición, hasta ahora ha sido rechazado. ¿Qué factores inciden en que la derecha aún no logre ponerse de acuerdo? ¿Cómo se proyecta lo que ocurre en la Convención con lo que sucede en la derecha tras la derrota de Kast?

1. Cuentas pendientes. En la primera elección para la mesa ampliada, Rodrigo Álvarez llegó a la testera sin los votos de RN, que optó entonces por la convencional Lorena Céspedes, de Independientes No Neutrales. Esa cuenta, junto con que el partido ya había anunciado una negociación aparte con la centroizquierda para esta segunda elección, no ha pasada inadvertida en la UDI.

  • Uno de los nombres que ha surgido en las últimas horas es el de Hernán Larraín Matte, a partir del apoyo que otorgó Evópoli a Rodrigo Álvarez en la elección anterior.

2. Distintas estrategias. Para algunos, este conflicto de nombres expuso con nitidez las dos almas que conviven entre los representantes de Chile Vamos, que, en los hechos, opera en dos bancadas: una de RN y Evópoli, que toma las decisiones en forma autónoma, otra de la UDI y una de los cercanos al Partido Republicano. Monckeberg representa el ala liberal de la derecha en la Convención, que incluye a Evópoli, y han defendido la tesis de tender puentes y llegar a acuerdos con la centroizquierda para sacar adelante el texto constitucional. Piensan que, de lo contrario, no lograrán incidir.

  • El problema que se suscita con la elección de esta vicepresidencia apunta justamente a la efectividad de aquellos acuerdos, en la medida que la centroizquierda habría retirado los apoyos a Monckeberg para llegar a la testera.
  • En la UDI, buena parte de sus convencionales abogan por una mayor fiscalización y por mantener la cautela respecto de los acuerdos con sectores de izquierda y centroizquierda, anteponiendo el ideario de derecha en la redacción de la Constitución.

3. Las señales del Partido Republicano. Los convencionales cercanos a Kast han apostado por perfilar su identidad y optaron por no entregar sus votos a Patricio Fernández, considerado un candidato más moderado y con opciones de llegar a la presidencia de la Convención. Fernández obtuvo 61 apoyos en la sexta votación, con los votos de la derecha y la centroizquierda, pero los cercanos al partido de Kast -que totalizan 6- optaron por no entregarle su respaldo. El escritor no habría llegado a los 78 sufragios requeridos para llegar a la testera si los republicanos lo hubieran apoyado, pero sí podría haberse convertido en la carta más competitiva y, para algunos, haber tomado vuelo.

4. La Convención, el laboratorio de la derecha. Desde antes de las elecciones presidenciales, buena parte de los analistas apuntaban a que la Convención se podía convertir en un laboratorio de que lo ocurra en la derecha para enfrentar el próximo período.

  • La elección de la vicepresidencia bien puede proyectar algunas señales del sector, sobre todo porque distintos dirigentes de Chile Vamos consultados por Ex-Ante señalan que se trata de un cargo en el que la derecha poco podrá influir: la mesa está constituida por 9 integrantes, la mayoría de izquierda y su voto no es dirimente. Tampoco el bloque tiene poder de veto en la Convención, al tener menos del tercio de los escaños. Vale decir, es poco lo que se juega, pero mucho lo que significa.
  • El no contar con una estrategia común para enfrentar la recta final de la constituyente y, para algunos, tampoco frente al gobierno de Boric, genera inquietud en parte de la coalición. Para algunos, el calado de las reformas que impulsa el programa del Presidente electo los debería llevar a confluir en una estrategia conjunta desde la Convención, el Congreso y los partidos. Algunos dirigentes partidarios son más optimistas, señalando que las directivas de la UDI y RN sí han logrado afiatarse con miras al próximo período legislativo.
  • Los republicanos suman 14 escaños en la Cámara, pero en la constituyente han optado por no hacer concesiones y -para algunos- han actuando sin el pragmatismo de otros partidos, como la UDI, que para la presidencia votó por Fernández y también por Patricia Politzer, opciones que ellos veían más dialogantes frente a las posiciones más a la izquierda que se terminaron imponiendo.

5. Sin un liderazgo claro. Las cuentas en la Convención ya se habían dado en el sector tras la derrota de Kast, donde en Chile Vamos se impuso la tesis de que la aventura de la derecha conservadora había terminado mal en la presidencial, luego de que Kast perdiera por más de 10 puntos y que su candidatura fuera castigada en la Región Metropolitana y entre los jóvenes. Todo aquello, sumado a que la fortaleza en el Congreso es de Chile Vamos y no de republicanos, alejó la posibilidad de que el republicano se erigiera como el líder de la futura oposición. Para muchos, su candidatura concluyó en una derecha más anichada y con menor conexión con la generación emergente.

  • Aún está por verse quién tomará el liderazgo del sector en los próximos meses y si aquello ocurrirá en el Congreso o en otros rincones de la coalición.
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