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Familia alfarera de Pomaire se reinventa para enfrentar la crisis provocada por coronavirus

Familia alfarera de Pomaire se reinventa para enfrentar la crisis provocada por coronavirus
Paulina Inzunza
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"Caímos en ventas porque no venía gente. Tratamos de reinventarnos y salimos a vender a localidades más cercanas, pero ya después había más restricciones. No sabíamos qué hacer hasta que a mi hija se le ocurrió crear una página en Facebook", dijo uno de los dueños de "Cerámicas Aracely".

Desde que comenzó la pandemia del coronavirus, el reconocido lugar de la artesanía alfarera, Pomaire, se ha transformado en un pueblo fantasma. Sus calles, que todos los fines de semana se encontraban llenas de turistas, de a poco comenzaron a vaciarse. 

Los visitantes se fueron, pero los negocios de cientos de pomairinos artesanos siguen ahí, a la espera de que la situación mejore. Entre ellos, el conocido local familiar "Cerámicas Aracely". 

"El trabajo de la cerámica está en nuestra sangre, viene de la abuela, de la bisabuela... Somos cuatro generaciones trabajando como artesanos", contó Alejandro Salinas a T13.cl, quien lleva el negocio con su esposa Rosa Valdebenito Riveros y su cuñado y concuñada Francisco Valdebenito y Silvana Riveros. 

En "Cerámicas Aracely" se hacen todo tipo de productos utilitarios para la cocina: pailas, pocillos, budineras, ollas, aunque igualmente se realizan pedidos, todo con un gran diseño y calidad. También, como trabajo "extra", Alejandro realizaba un taller de alfarería con su esposa. Iban a colegios, recibían a gente en su casa, intentando como sea dar a conocer la cultura alfarera.

"Nosotros venimos de una de las dos familias más antiguas del pueblo, los Salinas y los Riveros. Incluso el abuelo de mi esposa fue el primer hombre que tuvo un local en Pomaire, lo tenía en la entrada, donde estaba la estación de trenes", dijo orgulloso Alejandro.

Todo iba bien hasta que en marzo llegó el coronavirus. Comenzaron a decretar cuarentenas para comunas en Santiago y muchos turistas, provenientes de la ciudad, ya no aparecían. Pasaron las semanas y cada vez hubo menos gente. Según Alejandro, el negocio pudo llegar hasta mayo y ahí se frenó todo

"En mayo, más o menos, ya no pudimos más. Caímos en ventas porque no venía gente. Tratamos de reinventarnos y salimos a vender a localidades más cercanas como Calera de Tango o Padre Hurtado, pero ya después había más restricciones. No sabíamos qué hacer hasta que a mi hija se le ocurrió crear una página en Facebook", dijo el emprendedor. 

Efectivamente, la hija pequeña de Alejandro, Monserrat, más entendida con las redes sociales, creó una página en Facebook que ha logrado obtener una gran lista de seguidores. Tanto así, que algunas publicaciones suman más de tres mil "me gusta". 

"Nos fue súper bien con el Facebook. El problema es que el chileno es especial. Vieron que todo se estaba vendiendo con despachos y subieron mucho de precio los envíos", criticó Alejandro. 

Si bien la familia intentó vender por Starken, Chilexpress y Correos Chile al principio, esto traía demasiados problemas. Tenían que ir a Melipilla porque en Pomaire no hay esos servicios, también hacer filas gigantes durante todo un día para poder enviar, y aparte no podían estar seguros de que sus productos, que de por sí son delicados, llegaran en buenas condiciones. 

"Uno tiene que cuidar al cliente, asegurarnos de que le va a llegar un buen producto, por eso dejamos de enviar, y tampoco la idea es hacer las ventas 'a la mala' y mentir en el permiso, es peligroso. Por eso ahora estamos trabajando a pedido, hacemos los productos y podremos entregarlos cuando todo esto termine", explicó Alejandro. 

"Nosotros, alfareros artesanos tenemos estos problemas y nadie se preocupa. Debería haber una empresa de envíos con sucursal en Pomaire, para todos los artesanos que quieren vender y que hoy están abandonados... No hay seguros para nosotros, tenemos una ley de artesano pero es para no pagar un impuesto, no ayuda tanto. Aportes estatales, municipales, no llega nada de eso al pueblo, por eso estamos tan afectados con la crisis", dijo el emprendedor. 

Actualmente, Alejandro y Francisco trabajan en el campo cosechando limones y naranjas. Necesitan sustentar a sus familia mientras no pueden vender. Mientras, sus esposas Rosa y Silvana pasan todo el día realizando los encargos de "Cerámicas Aracely" en casa. Es la única forma que tienen de sobrevivir a la crisis. 

"Los dejo a todos invitados para que soliciten, vean y encarguen los productos, y que, cuando se pueda, visiten nuestro local, ubicado en Baquedano esquina San Antonio. Cuando volvamos también seguiremos con los talleres. Invitamos a los colegios para que ayuden a dar a conocer nuestra cultura y que así se mantenga viva", finalizó Alejandro. 

¿Quieres agendar tus pedidos en "Cerámicas Aracely"? Visita sus páginas Cerámicas Aracely en Facebook y @_aracely_ceramica en Instagram.

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