Mariposa es blanca, con manchas marrones y negras y largas orejas. Su raza podría ser la primera genuinamente colombiana.
Ya lo intentó un hombre hace décadas cuando creó una raza cruzando varios tipos de perro y la bautizó combinando su nombre y su apellido.
Germán García la llamó "gegar colombiano" y desde los 80 intentó que fuera reconocida como la primera raza originaria del país. No tuvo suerte.
El caso de Mariposa puede ser distinto.
Es el primer ejemplar de sabueso fino colombiano que conoció Jonathan Álvarez, quien participa de una investigación de la Universidad Nacional de Colombia para intentar que la raza sea reconocida internacionalmente como originaria de este país sudamericano.
"A mí un campesino me dijo 'ese perro es el mismo acá y es el mismo allá’; yo no le creí, entonces me puse a investigar", le dijo Álvarez a BBC Mundo.
Explicó que en las zonas rurales esta raza es reconocida como una con identidad propia, utilizada en la cacería y que no existe en otros países.
Estima que tiene cerca de 200 años de antigüedad, algo que confirmó Chejo Marín, el campesino que lo llevó a comenzar su investigación.
Marín le dijo a BBC Mundo que recuerda que su abuelo, quien había nacido en el siglo XIX, ya conocía la raza.
"Es un perro noble, que no es grande, es un poquito más grande que el beagle", explicó. "Eso lo hace más fácil de transportar y albergar y se economiza en la comida".
Álvarez agregó que, entre otras características distintivas de los sabuesos finos colombianos, se cuenta que "pueden andar por la selva, por las montañas; están adaptados a andar a 30 grados, horas y horas, cosa que no puede hacer un perro de otro país".
Proceso de identificación
Para confirmar lo que Marín conocía por historia personal, Álvarez junto a Richard Martínez y otros colegas de la universidad hicieron una caracterización de la raza que incluyó la forma y estructura así como las dimensiones y la transmisión de rasgos de generación en generación.
Buscaron identificar que los ejemplares de la raza tuvieran las mismas funciones (la cacería), hábitat, aspecto y que los propios criadores consideren que es una raza individualizable.
Ya han identificado unos 150 ejemplares que cumplen con esas características.
Razas latinoamericanas reconocidas por la FCI
- Dogo argentino (foto)
- Chihuahua mexicano
- Xoloitzcuintle mexicano
- Fila brasileño
- Cimarrón uruguayo
- Sin pelo de Perú
Para conseguir que la Federación Cinológica Internacional (FCI) acepte al sabueso fino como una raza distintiva y colombiana, ese número debe subir a 1.000.
Además, Álvarez junto a otras cinco personas están ayudando a crear una asociación de criadores de esta raza, que una vez constituida podrá enviar a través de la Asociación Club Canino Colombiano (que apoya el proyecto) una presentación a la FCI para que estudie el caso y determine si puede aceptar la condición única del sabueso fino.
Tras los pasos del xoloitzcuintle
De aprobarlo, Colombia se sumaría a otros cinco países latinoamericanos que ya tienen reconocidas razas propias.
Son el chihuahua y el xoloitzcuintle mexicanos, el fila brasileño, el dogo argentino, el cimarrón uruguayo y el sin pelo de Perú (el bichón habanero, que muchos creen que es cubano, en realidad es originario de la zona del Mediterráneo occidental, según la FCI).
Pero no será algo que ocurra de inmediato: la FCI se toma cinco años para evaluar estos casos.
Si la respuesta es favorable, entonces Mariposa y sus descendientes se convertirán en los primeros de un linaje de perros con pedigrí aceptado internacionalmente como 100% colombiano.
Y así logren lo que no consiguió el gegar colombiano.