El ascenso de Kast y las lecciones que aprendió de su derrota del 2021 ante Boric

Familia. José Antonio Kast Rist (59 años) es el menor de diez hermanos. Está casado con María Pía Adriasola, tiene nueve hijos y cuatro nietos. Es católico, y pertenece al movimiento de Schoenstatt. Su hijo José Antonio Kast Adriasola, que tiene un magister en políticas públicas en la U. de Chicago, siguió sus pasos en política.

• Sus padres, Miguel Kast y Olga Rist, llegaron a Chile en 1951 desde Alemania. Ambos provenían de dos pueblos al norte de los Alpes bávaros, cerca de Munich. Estudió en el Colegio Alemán de Santiago
• Su hermano, Miguel Kast Rist, tuvo un importante rol como Ministro de Odeplan en el período de Pinochet. Allí elaboró el “Mapa de la Extrema Pobreza” y fue el artífice de las políticas sociales. Joaquín Lavín, entre otros, se declara más discípulo de Kast Rist que de los “Chicago Boys”, pese a apoyar sus políticas y haber estudiado en esa universidad.

Relación con Jaime Guzmán. En la PUC se integró al gremialismo y al centro de alumnos de la Escuela de Derecho, donde conoció Jaime Guzmán, su gran referente en lo personal y en lo político. Compitió como candidato a la presidencia de la FEUC, sin éxito. En esa época le costaba mucho hablar en público, un problema que todavía no ha superado del todo.

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Carrera parlamentaria. Ejerció como diputado 16 años. Tres períodos por Paine -de donde es su familia -y uno por La Reina-Peñalolén. Antes fue concejal de Buin. Fue tres veces jefe de bancada e intentó en dos ocasiones, en 2008 y 2010, ser presidente de la UDI. La última vez perdió frente al senador Juan Antonio Coloma, con quien nunca volvió a tener una relación fluida.

• En el intento de 2010 su lista incluía a Evelyn Matthei como vicepresidenta, quien luego lo apoyó en la segunda vuelta de las presidenciales de 2021. Pero la campaña de 2025 deterioró gravemente esa relación, al punto que Matthei solo fue a saludarlo por su victoria tras ser advertida por sus cercanos que si no iba precipitaría el fin de su carrera política.

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Renuncia a la UDI y Partido Republicano. En 2016, tras 20 años de militancia, abandonó la UDI, por considerar que el partido se había distanciado del legado de Guzmán. “Tiene que iniciarse un nuevo ciclo en la política, donde se deje de lado lo políticamente correcto en las respuestas”, dijo Kast. Un año después, como independiente, postuló a la presidencia. Llegó cuarto, con 7,93%.

•  En 2018 creó el movimiento Acción Republicana y al año siguiente el Partido Republicano, con el objetivo de convertirlo en el legítimo heredero del legado de Guzmán. A partir de ahí, se dedicó a arrebatarle el electorado a Chile Vamos, partiendo por el sector más conservador.
• El gran salto vino el 2021, cuando fue el más votado en primera vuelta con un 27,9%. En la segunda, fue superado por Gabriel Boric por un 55,8% contra un 44,1%. Republicanos eligió 15 diputados y un senador en las parlamentarias.
• Tras el rotundo fracaso de la izquierda en el plebiscito constitucional el 2022, el P.Rep. obtuvo el control del siguiente proceso constitucional, pero desaprovechó esa oportunidad por la rigidez de sus posiciones.

Lecciones de la derrota. Las lecciones de ambas derrotas se reflejarían en la campaña de este año. Su estilo es trabajar con grupos pequeños, con quienes realizó la autocrítica y los ajustes. Sus principales asesores integran el poderoso triunvirato republicano: Arturo Squella en lo político, Cristián Valenzuela en lo estratégico y Carolina Araya en lo ejecutivo.

• Una de los cambios importantes fue darle más espacio a las mujeres (tuvo una derrota aplastante en 2021 en el voto femenino). Esta vez figuras como Mara Zedini, entre otras, tuvieron un papel destacado en la campaña.
• Otro fruto de su autocrítica se tradujo Kast en que se encaramó en las encuestas con un discurso focalizado en las tres mayores preocupaciones de los chilenos: seguridad, economía y crecimiento, lo cual sintetizó en el lema “Gobierno de Emergencia”. Este le sirvió para esquivar temas incómodos, como los valóricos, con el argumento de que no eran urgencias de los chilenos.
• Para la segunda vuelta, el lema pasó a ser el eje central de su programa de gobierno. Ha sido la gran herramienta para amarrar aliados políticos, dado que los temas más controvertidos quedarán fuera de un acuerdo de gobierno y no entorpecerán la unidad.
• Y ha trasmitido a esos partidos que, si gana, tendrá generosidad a la hora de distribuir cargos, el pegamento mas efectivo para cohesionar a aliados políticos.