Creyó que era dolor de espalda pero el diagnóstico fue devastador y murió 2 meses después
Creyó que era dolor de espalda pero el diagnóstico fue devastador y murió 2 meses después - Gofoundme Steve Burrows
T13 En Vivo
Lo que comenzó como una molestia común terminó convirtiéndose en una tragedia que nadie vio venir. Steve Burrows, un hombre de 38 años de Cambridgeshire, Inglaterra, murió apenas ocho semanas después de recibir un devastador diagnóstico: cáncer rectal en estadio 4 con metástasis, incluida afectación al hígado. La rapidez con la que avanzó la enfermedad dejó a su familia en shock y encendió las alertas sobre la importancia de no minimizar ciertos síntomas.
A fines de julio, Burrows empezó a sentir punzadas en la zona baja de la espalda. Al no sospechar un problema grave, buscó aliviar el dolor con ejercicios de yoga. Sin embargo, lejos de mejorar, las molestias se intensificaron de manera progresiva. Su expareja, Bethan Kester, recordó que el dolor llegó a un punto crítico en el que “no podía moverse”.
Pese a las señales, Burrows intentó restarle importancia a lo que estaba ocurriendo. “Hacía bromas todo el tiempo sobre envejecer”, relató Kester, y tranquilizaba a sus hijos repitiendo que “es solo vejez”. Incluso cuando el dolor era evidente, “estaba de rodillas en el suelo abrazado al sofá, estirándose porque pensaba que era ciática”, contó al Daily Mail.
Cáncer de tiroides: más frecuente que agresivo
El trasfondo médico hacía que el riesgo fuera mayor de lo que parecía. Cuando era niño, Burrows fue diagnosticado con Poliposis Adenomatosa Familiar (PAF), una condición genética que provoca la aparición de numerosos pólipos precancerosos en el colon y que, "si no se trata, todos los pacientes con este síndrome desarrollarán cáncer de colon entre los 35 y 40 años" según consigna el sitio web de información médica Medscape. A los 13 años fue sometido a una cirugía para extirpar parte de su recto, por lo que el diagnóstico que llegó años después “fue un shock masivo” para toda su familia.
Con el paso de los días, la verdadera causa del dolor quedó al descubierto. “Comenzó como algo aparentemente inocente como el dolor de espalda, así que nunca asumiría que este sería el resultado. El dolor de espalda resultó ser tumores que presionaban sus nervios”, explicó Kester, evidenciando lo silencioso y agresivo del avance de la enfermedad.
El 28 de agosto, Burrows recibió la confirmación médica que cambiaría todo. Según recordó su expareja, al comunicarle la noticia “estaba devastado”. En esa llamada telefónica, “estaba llorando a mares, estaba realmente asustado”. Tras asimilar el impacto inicial, intentó aferrarse a la esperanza. “Una vez que el diagnóstico inicial se había hundido, estaba muy como: ‘Voy a luchar contra esto y vamos a hacer esto’”, relató Kester.
Donante de esperma con mutación cancerígena engendró casi 200 niños: algunos desarrollaron cáncer y otros murieron
Sin embargo, el escenario empeoró cuando los médicos confirmaron que el cáncer ya se había extendido al hígado. “Una vez que dijeron que estaba en su hígado, sabía que era grave y que se lo llevaría, pero no teníamos ni idea de qué tan pronto”, confesó.
Aunque la pareja se había separado tras casi cinco años juntos, su vínculo se mantuvo intacto. “Nos veíamos todos los días y él ha sido una gran parte de nuestra familia”, dijo Kester. Esa cercanía hizo aún más duro el desenlace, que llegó de forma abrupta.
El estado de salud de Burrows se deterioró rápidamente y fue trasladado a un hospital, donde falleció el 27 de septiembre, solo dos meses después de haber sentido los primeros dolores. “Devastó su cuerpo por completo antes de que alguien pudiera asimilarlo, y nos tomó a todos por sorpresa”, expresó Kester.
Tras la pérdida, Kester transformó el dolor en un mensaje de advertencia. “Incluso si no es nada, mejor ve y hazte revisar para descubrir que no es nada. Si no te sientes cómodo con que no sea nada, presiona para obtener una segunda opinión”, sostuvo.
