"No se imaginan cuánta sangre humana lleva": El artículo de The Guardian sobre la industria del salmón chileno
El artículo de The Guardian sobre el salmón chileno - referencial Agencia Uno
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Un artículo del medio británico The Guardian consignó los cuestionamientos sobre la industria salmonera de Chile. “Quien come salmón chileno no se imagina cuánta sangre humana lleva consigo”, se titula el escrito.
El medio contó el caso de Julia Cárcamo López, habitante de Maullín, en la Región de Los Lagos, cuyo marido falleció a causa de un accidente, que habría ocurrido por una negligencia.
Según la autopsia, el buzo Arturo Vera, de 59 años, quien trabajaba en la piscifactoría Taraba en Puerto Natales, fue impactado por la hélice de una embarcación y sufrió lesiones en la cabeza, las costillas y la garganta.
Los trabajadores de la salmonicultura acusaron la violación de las normas de seguridad, ya que el motor de la embarcación debía estar apagado.
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El artículo de The Guardian sobre la industria del salmón
The Guardian detalla que tras la muerte del trabajador, la empresa fue multada por infracciones a las normas laborales y de seguridad.
"La industria salmonera chilena, en rápido crecimiento, se ha visto afectada por condiciones laborales peligrosas, el uso descontrolado de antibióticos y graves daños ambientales, poniendo en riesgo a trabajadores y comunidades", acusa el medio.
Adicionalmente, entrevistaron a Juan Carlos Cárdenas, director de la ONG Ecoceanos, quien declaró que "en los últimos 12 años, la industria salmonera chilena ha registrado la tasa más alta de accidentes y muertes laborales en el sector acuícola a nivel mundial”.
"Entre marzo de 2013 y julio de 2025, 83 trabajadores fallecieron en accidentes en el sector”, agregó.
Una fuente que trabaja en un centro de cultivo de la Patagonia declaró a The Guardian que “quienes comen salmón chileno no se imaginan cuánta sangre humana lleva consigo”.
Cabe destacar que las salmoneras chilenas son el segundo mayor productor mundial de salmón, después de Noruega. Además, entre 1990 y 2017, la industria aumentó su producción en casi un 3.000%.
"La expansión de la industria se ha visto impulsada, al menos en parte, por malas prácticas de producción que suponen riesgos para la seguridad humana y el medio ambiente", acusa el medio británico.
The Guardian recogió los reclamos de pescadores artesanales, quienes señalaron que no pueden sobrevivir con la pesca, porque muchas especies escasean debido a la contaminación de las salmoneras.
El jefe de la Inspección Provincial del Trabajo en Puerto Natales, Jorge Ampuero, dijo que no cuenta con el personal suficiente para lograr la supervisión. "Siendo realistas, podemos visitar cada centro una vez al año, como máximo dos veces. Por mucho que lo deseemos, es realmente difícil cambiar las cosas con estas herramientas", explicó.
Por otra parte, el medio agrega que "la contaminación afecta no solo al Mar Patagónico, donde se cría el salmón, sino también a las etapas de agua dulce de la piscicultura".
La comunidad Chesque Alto, en la Araucanía, se encuentra en una batalla legal contra la empresa salmonera. Una habitante de la zona, Angélica Urrutia, cuestionó que “desde que la empresa se instaló, los peces del río han desaparecido, al igual que el resto de la fauna".
“En 2005, cuatro de nuestras vacas bebieron agua cerca del desagüe de la empresa y murieron. El veterinario que las examinó dijo que habían ingerido mucha formalina”, denunció Urrutia.
