Participación de un empresario o la familia: Las dos líneas investigativas tras desaparición de Julia Chuñil
Julia Chuñil y su perro “Cholito” desaparecieron el pasado 8 de noviembre de 2024 cuando salieron de su casa en Máfil, región de Los Ríos, y, a casi un año de búsqueda, el Ministerio Público maneja dos tesis investigativas completamente opuestas.
El 9 de diciembre de 2024, a un mes de la desaparición de Julia Chuñil, su familia apuntó a la posible responsabilidad del empresario forestal Juan Carlos Morstadt Anwandter en el caso, apuntando a que él habría amenazado a la adulta mayor por disputas por terrenos resguardados por la comunidad Putreguel, reconocida por la Conadi en 2014.
El 30 de enero de este año, Carabineros hizo un allanamiento en la casa de la dirigenta, instancia en que constataron la presencia de una mancha de su sangre en la vivienda. Pocos días después, Meganoticias reveló que el núcleo familiar de la mujer era “objeto de interés” para el Ministerio Público.
El 30 de septiembre, las abogadas de la familia revelaron que había un audio de Morstadt en que comentaba que a Julia “la quemaron”.
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Un reportaje de Teletrece reveló los antecedentes que maneja la Fiscalía en la desaparición por la desaparición y posible homicidio de la dirigenta de la comunidad indígena Putreguel y defensora ambiental.
La investigación a la familia de Julia Chuñil
La primera línea investigativa guarda relación con la posible responsabilidad de los hijos de Julia Chuñil en su desaparición. La mujer mapuche tiene cinco hijos: Jeanette, Javier, Pablo, Andalier y Jose Luis, quien está preso actualmente. De ellos, solo Jeanette y Javier vivían con ella.
En las pericias del Laboratorio de Criminalística de Carabineros se encontró una muestra de sangre de Javier Troncoso Chuñil en la carretilla que utilizó la dirigenta el día de su desaparición.
Una testigo del caso reveló ante la Fiscalía que, tras su declaración ante la Sección de Investigación Policial de Carabineros, recibió un llamado de Javier para, supuestamente, presionarla e intimidarla. Además, en una llamada telefónica entre Javier y una prima de la familia, ella le dijo “sin cuerpo no hay delito” y “están jugando con la familia”.
Pero Javier no es el único hijo que está bajo la lupa del Ministerio Público. El 30 de octubre de 2024, 10 días antes de la desaparición, Julia traspasó formalmente un terreno en Quitañir a su hijo Pablo San Martín Chuñil, quien lo compró a su madre por $8.000.000 al contado.
En el artículo 10 del contrato de compra se estipula que ambas partes acordaron que Julia Chuñil se reservó el “Usufructo vitalicio de la propiedad” hasta la “defunción de los usufructuarios”, es decir, que el terreno sería siendo de ella hasta que muriera. Por lo anterior, Pablo también pasó a ser un “sujeto de interés” en la investigación.
Además, un informe de la Brigada de Homicidios de la PDI del 26 de junio, detalla que “de acuerdo al análisis de los desplazamientos de los equipos móviles de los diferentes sujetos de interés, se logró posicionar a Pablo San Martín en las antenas del lugar de interés para la investigación en las fechas de la desaparición de doña Julia Chuñil”.
Reportajes Teletrece tuvo acceso a las declaraciones de un testigo reservado del caso, quien sostuvo “yo sé que Julia está muerta y que tuvo una pelea con su hijo Javier en la propia casa de ella, esto ocurrió de noche. Y que otro día, en horario diurno, Javier junto a sus hermanos Pablo y Jeanette fueron a la toma con la ropa de Julia y la quemaron en un tambor con bencina afuera de la casa de la Toma. No sé dónde está su cuerpo”.
Por último, en la superficie interna de la puerta de la casa de Julia Chuñil en el fundo La Fritz, se encontraron “varias manchas de color café rojizo”.
Desde la Fiscalía señalaron que “se detectaron manchas con apariencia de sangre en la parte interior de la puerta principal (...) Este hallazgo permite afirmar la presencia de sangre de la víctima en el lugar donde fue vista por última vez con vida. Fueron levantadas y analizadas por el equipo Laboratorio Carabineros de Chile”.
Desde su familia de la dirigenta han sostenido que no es extraño el hallazgo de sangre en su casa.
La investigación a Juan Carlos Morstadt
La segunda línea investigativa apunta a la responsabilidad del empresario Juan Carlos Morstadt en la desaparición de Julia Chuñil.
En la causa existen antecedentes de que Morstadt tenía conflictos por la ocupación del terreno usado por la mujer mapuche para tener sus animales, pero también por sus hijos, una situación que motivó a una denuncia por usurpación en 2023.
Además, la familia y sus abogadas revelaron la transcripción de una llamada entre el empresario y su padre, en que le cuenta “la quemaron”. Esa misma frase se la repitió a una mujer cuya identidad no ha sido revelada.
Actualmente, estos dos audios están a manos de la Fiscalía. Junto a lo anterior, en las escuchas telefónicas se encontró información que lo vincularía a tenencia de armas de fuego no declaradas.
Esta nota da cuenta de un proceso judicial que se encuentra actualmente en tramitación. Una vez finalizado, él o los involucrados en este reportaje podrían ser declarados inocentes, y/o los cargos desestimados según su mérito. En conformidad a la ley chilena , ninguna persona será considerada culpable ni tratada como tal en tanto no fuere condenada por una sentencia firme.
