Profesor de karate baleado frente a sus alumnos acusa que el ISL rechaza calificar ataque como accidente laboral
Profesor de karate baleado frente a sus alumnos acusa que el ISL rechaza calificar ataque como accidente laboral - Freepik e Instagram jiyukanhonbudojo
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Un grave caso de desprotección laboral está afectando a Claudio Báez, el profesor de karate de 56 años que fue baleado el pasado 24 de abril mientras impartía una clase a niños y niñas en el gimnasio municipal de Calera de Tango.
A pesar de haber recibido cinco disparos en su lugar de trabajo y durante su jornada laboral, las autoridades sanitarias no han calificado su caso como un accidente del trabajo, lo que lo obliga a asumir personalmente los altísimos costos de su hospitalización y rehabilitación.
Todo ocurrió alrededor de las 18:00 horas del jueves 24 de abril, cuando un sujeto desconocido ingresó al recinto municipal y le disparó a Claudio a quemarropa frente a sus alumnos. El agresor huyó rápidamente en un vehículo polarizado. A la fecha, no ha sido identificado ni detenido. “No lo conocía, nunca lo había visto en mi vida. No puedo decir quién fue”, explicó Báez en conversación con CHV, aun con visibles secuelas físicas y emocionales.

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Lo más preocupante para el profesor y su familia es que, pese a haber sido víctima de un intento de homicidio en su espacio de trabajo y durante horas laborales, el caso fue inicialmente rechazado como accidente del trabajo por el Instituto de Seguridad Laboral (ISL).
Según informó su defensa, esta decisión se basó en una declaración anónima no oficial, la cual sostenía que la agresión tenía un carácter personal. Esto, según su abogada Tania Vidal, contradice lo establecido por la Ley 16.744, que define como accidente laboral cualquier lesión ocurrida durante el cumplimiento de funciones, algo que se cumpliría en este incidente.

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"En este caso, efectivamente tenemos una lesión que ocurrió dentro de su jornada laboral, dentro de su lugar de trabajo, con un contrato válidamente celebrado y vigente y que le ocasionó lesiones e incapacidad. Entonces se cumplen las tres e características para señalar que es un accidente de trabajo" señaló Vidal.
La decisión del ISL que califica preliminarmente como “accidente común” el hecho, significa que el profesor deberá costear de su bolsillo los gastos de hospitalización, intervenciones, medicamentos y tratamientos de rehabilitación, lo que representa una millonaria carga financiera para su familia, ya afectada emocionalmente por el violento hecho.
El ISL decidió reabrir la investigación administrativa para evaluar si corresponde recalificar el hecho como accidente del trabajo. De confirmarse, permitiría que el seguro cubra los costos médicos y se otorgue la protección legal correspondiente.
Desde el ISL señalaron que el profesor ha recibido "desde el primer momento, todas las prestaciones de salud que ha necesitado".
"A la fecha se le han cubierto hospitalización, intervenciones, curaciones y atención domiciliaria, sin costo alguno para él ni su familia, en línea con lo dispuesto en el artículo 29° de la Ley 16.744, que asegura atenciones médicas gratuitas hasta la curación completa del paciente", afirman.
"El accidente fue calificado preliminarmente dos veces como de origen “común”, debido a la falta de antecedentes suficientes sobre la vinculación con la actividad laboral. Sin perjuicio de aquello, el ISL reabrió la investigación y está recopilando nuevos datos para determinar con precisión si corresponde calificarlo como accidente del trabajo según el artículo 5° de la Ley 16.744 y su reglamentación sobre calificación", añaden.
"En consecuencia, el ISL seguirá otorgando íntegramente la cobertura de salud durante todo el proceso, sin copagos ni facturación al paciente. De existir nueva información que modifique la calificación inicial, se adoptarán de inmediato las medidas administrativas correspondientes", complementan.
Añaden también que el paciente "tendrá nuevas instancias de apelación, si así lo requiriese, en la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso)".

