Usando un teléfono "arrendado": Así opera el negocio del contenido erótico desde la cárcel de San Miguel
Una investigación de Reportajes T13 reveló un inédito caso en Chile: mujeres que, pese a estar privadas de libertad, ofrecen contenido erótico a través de internet desde el Centro Penitenciario Femenino de San Miguel.
Bajo el seudónimo de Alejandra, la joven de 23 años utilizaba la plataforma de pago Arsmate para vender fotografías y videos íntimos, cobrando hasta $15.000 por contenido. Según el reportaje, coordinaba los envíos mediante un teléfono celular que arrendaba dentro del penal, lo que le permitía conectarse con clientes externos.
“Pido el celular y le dedico toda esa horita para ti”, se escucha decir a la interna en un mensaje que envió a uno de sus compradores, explicando que debía devolver el aparato después de cada sesión.
La investigación periodística también dio a conocer el motivo por el cual la joven está privada de libertad. Alejandra fue detenida el 6 de agosto pasado en el aeropuerto de Santiago, tras arribar desde Madrid con dos bolsas de MDMA (éxtasis) y tres bolsas de una droga sintética ocultas en su equipaje.
Actualmente, se encuentra en prisión preventiva acusada de tráfico internacional de estupefacientes, mientras la Fiscalía avanza en la investigación del caso.
Pagos y cuentas para vender contenido erótico
El reportaje de Canal 13 detalló que los pagos por los contenidos eran realizados a través de cuentas bancarias de terceros, ya que las internas no pueden recibir dinero directamente. La imputada explicaba que parte de los ingresos los utilizaba para arrendar el teléfono dentro del penal y financiar otros gastos cotidianos.
“Aquí todo es plata,” señaló en uno de los registros difundidos por el programa, evidenciando la existencia de una economía informal entre las reclusas.
Tras conocerse los antecedentes, Gendarmería de Chile allanó la celda de la interna, donde incautó 39 teléfonos celulares y otros elementos prohibidos. El procedimiento fue encabezado por la subdirectora operativa de la institución, quien destacó la necesidad de reforzar la fiscalización dentro de los penales.
“El porte de teléfonos celulares dentro de las unidades penales es delito,” recordaron desde Gendarmería, explicando que el uso de estos aparatos puede facilitar distintos ilícitos, desde estafas telefónicas hasta prácticas irregulares como la venta de contenido sexual.
Un fenómeno que cruza fronteras
El caso chileno guarda similitudes con la serie argentina En el barro, estrenada recientemente en Netflix, que retrata a un grupo de presas que comercializa contenido sexual desde prisión.
De hecho, en países como Argentina y México se han documentado casos reales de internas que utilizan redes o plataformas digitales para generar ingresos, aprovechando el acceso ilegal a teléfonos móviles.
En Chile, la situación ha reabierto el debate sobre la efectividad de los inhibidores de señal en los recintos penitenciarios, ya que el penal de San Miguel aún no cuenta con esa tecnología.

Adulto mayor de 82 años confiesa que mató y descuartizó a su hermano en Coquimbo
El sistema judicial chileno ya ha enfrentado controversias por la venta de contenido para adultos vinculada a figuras públicas. En 2024, Cathy Barriga y Camila Polizzi tuvieron sus cuentas congeladas por el Servicio de Impuestos Internos (SII), tras detectarse ingresos por la comercialización de material erótico mientras enfrentaban procesos judiciales.
Ahora, el caso de Alejandra agrega un nuevo capítulo: el de una industria digital que incluso logra operar tras las rejas.

