Por cerca de dos horas se desarrolló en las dependencias de la cárcel de Punta Peuco un acto ecunémico en el que internos pidieron perdón por los delitos contra los derechos humanos cometidos durante el régimen militar.
Según informó el capellán de la cárcel, el reverendo protestante Pablo Álvarez, en el grupo se encuentran el mayor (R) Carlos Herrera; el carabinero en retiro Pedro Hormazabal; Basclay Zapata, ex agente de la DINA apodado "el troglo" y el ex cabo de Carabineros Claudio Salazar.
Además, pidieron perdón el antiguo mayor del Ejército, Raúl Iturriaga Neumann; el capitán José Zara Holger; Miguel Estay, conocido como "El Fanta"; y el capitán de Carbineros Marcelo Castro.
A ellos se sumó el general de Brigada Aérea Enrique Ruiz Bunger, también interno de Punta Peuco, que si bien participó del acto no pidió perdón por los hechos por los que se encuentra condenado. En su caso dijo perdonar a los autores de un atentado que sufrió en 1990 junto a Gustavo Leigh.
Lá décima persona que participó fue Antonio Carevic, hermano de Luis, teniente del Ejército que en 1979 murió tratando de desactivar una bomba en un cuartel de la CNI. Hoy, su hermano -quien llegó a Punta Peuco- leyó una carta en que dijo "perdonar" a quienes instalaron el artefacto explosivo.
La ceremonia comenzó pasadas las 11 horas y luego de su término las autoridades religiosas conversaron con la prensa.
El capellán Álvarez dijo que "lo que ha sucedido es un comienzo, el verdadero arrepentimiento tiene frutos y lo vamos a ver en un futuro" y detalló que el hermano de una de las víctimas aceptó las disculpas de uno de los internos.
Sinceramente pido ser perdonado: los relatos de los internos de Punta Peuco
El sacerdote Mariano Puga, por su parte, valoró la instancia como "algo extraordinario" y agregó que "no puede haber perdón si no hay reparación a las víctimas".
La iniciativa que nació desde un grupo de oración que lidera el reverendo protestante Pablo Álvarez ha generado controversia. El propio capellán del penal, aclaró en Tele13 Radio que la actividad fue idea de los propios reclusos y que no tiene que ver con la búsqueda de beneficioso carcelarios. "La gente que ha colaborado con la justicia no ha tenido ningún beneficio por colaborar", explicó.
Por su parte, agrupaciones de derechos humanos y familiares de víctimas han rechazado el acto. Tras encadenarse en la Catedral, el Colectivo Contra el Olvido exigió "al mundo ecuménico que no se preste para este circo que sólo viene a imponer el desprecio absoluto hacia los sobrevivientes y familiares y el olvido de nuestros caídos".
En la antesala del acto, se registraron protestas en las afueras de la cárcel.
