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Política

La semana en que el partido de Franco Parisi rozó la gloria y terminó en su peor crisis

La semana en que el partido de Franco Parisi rozó la gloria y terminó en su peor crisis
Paula Valenzuela
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La división de la bancada del PDG -cuatro de los nueve diputados se rehusó a pactar con la derecha en el acuerdo administrativo de la Cámara- generó un fuerte debate al interior del partido sobre su rumbo político. ¿Se han derechizado? Franco Parisi, además, despertó resquemores entre sus parlamentarios por un actuar “autoritario” en las sanciones que se le aplicaron a quienes apoyaron al oficialismo. ¿Superarán esta crisis? ¿Se anclarán finalmente en la derecha? El lunes será un día clave para ver el camino que tomarán estos diputados que, en fama y adhesión, han subido como la espuma.

Casi una semana después de que el Partido de la Gente (PDG) sufriera su primer quiebre por la votación del acuerdo administrativo de la Cámara de Diputadas y Diputados ya no quedan rastros de los mensajes por WhatsApp que envió el líder de la colectividad, Franco Parisi, a los diputados de su bancada.

El excandidato presidencial se las jugó al 100% para evitar que la izquierda se quedara con la testera de la corporación, pero fue cauteloso al comunicarse con los parlamentarios que, en más de una ocasión, han dicho por la prensa que no son “controlados” por el economista que obtuvo el tercer lugar en la primera vuelta presidencial de 2021.

Sus mensajes por WhatsApp están programados para que se borren luego de 24 horas, comunicaciones casi tan efímeras como la unidad que se intentó plantear fallidamente esta semana en una bancada que fue creciendo con los meses: de seis militantes llegaron a ser nueve representantes.

Los casi un millón de votos de Parisi fueron el paraguas para que salieran electos estos seis diputados y que hicieron, por estos meses, que la tienda se convirtiera en la más numerosa en adhesión ciudadana, según un reporte del Servicio Electoral (Servel).

Si hay que cambiar de candidato, bueno, lo cambiamos. Aunque no es textual, ese fue el mensaje que transmitió Parisi tanto por escrito como por teléfono a sus diputados en los días previos a la votación en la Sala: había que hacer todo para evitar que el oficialismo tomara “un nuevo aire”, salvando el acuerdo que se había suscrito en marzo gracias, entre otros, al PDG.

A Parisi también, dicen, le afectaba que Vlado Mirosevic, del Partido Liberal, fuera la carta que presidiera la testera, pues es diputado por Arica y Parinacota, una zona donde el PDG tiene una fuerte presencia.

Sus diputados más cercanos, hasta entonces, no estaban de acuerdo. Rubén Oyarzo, por ejemplo, apelaba a que el PDG debía asentarse como un partido que cumple su palabra y que el acuerdo de marzo entonces se tenía que mantener. Karen Medina sostenía el mismo argumento.

Gaspar Rivas, por su parte, sintió que todo estaba cocinado: que nunca se negociaron cupos sino que Víctor Pino -la carta del PDG que hasta el lunes en la mañana era apoyada por la derecha- pavimentó su candidatura desde hace dos meses. Y consideró “impresentable” que el propio Pino fuera “juez y parte” en la negociación al ser subjefe de bancada.

La bancada, así, este lunes votó dividida: 5 versus 4 que no quisieron respaldar un acuerdo con la derecha, dando cuenta de un debate interno más profundo: ¿dónde se sitúa políticamente el PDG?

El drama que desató la sanción a Pulgar: “No somos un partido autoritario”

Fue el miércoles, pasadas las 10:00 de la mañana, cuando la bancada de los nueve diputados se reunió en su comedor de la corporación. Uno de los dos abogados legislativos del grupo, quien oficiaba como “secretario de acta”, informó a los presentes de las sanciones solicitadas por un diputado. Dicen que no hubo explicaciones políticas de la jefa de la bancada, Yovana Ahumada. Inmediatamente se pidió votar entonces la expulsión del único independiente de los cuatro diputados que se rehusaron a pactar con la derecha: Francisco Pulgar.

“Nos desayunamos”, dijo Rivas luego del encuentro, en un punto de prensa en el Congreso.

No hubo ningún descargo, comentan varios presentes en la cita. Eso sí, Pulgar, afirman presentes, increpó a Víctor Pino por un episodio ocurrido un mes atrás. De hecho, Pulgar lo reconoce en conversación con T13.CL: “Le recordé que fue a mi oficina y que me preguntó si estaba dispuesto a apoyarlo para la presidencia de la Cámara. Le dije que yo no tenía ningún problema, pero que había que ver las condiciones. Ahí es donde me ofrece a cambio ser subjefe de bancada. En la reunión me lo reconoció y no lo desmintió”.

Varios de los “díscolos”, en todo caso, ya habían llegado molestos a ese encuentro, porque, la noche anterior, Parisi había hecho sus descargos en el programa de YouTube, Bad Boys. Y había pedido sanciones para los que “pasaron de ser estrellas a estrellados”.

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Los diputados en privado resentían que los integrantes del programa Bad Boys lideraran una suerte de “persecución” en redes sociales ante su postura política. Así como también comenzaron a dudar de la influencia que tuvo Parisi ante su sanción.

“Yo espero que esa no haya sido la influencia para que mi jefatura de bancada haya tomado esa decisión sobre las sanciones. Todo siempre ha sido consensuado entre todos nosotros, no dictadas por otras personas... sería absurdo que hoy, porque él (Parisi) pide una sanción, se haga. Eso no corresponde, porque Franco es un militante más del partido. Él sabe por qué llegamos hasta acá, sabe que no somos un partido autoritario. La actitud que tuvo en el programa Bad Boys al menos no refleja lo que somos como partido, yo espero que no haya incidido...”, repara Medina a T13.CL.

El parlamentario Rivas, en tanto, apunta, sobre esa reunión del miércoles, a que “uno no puede pretender sentarse a conversar con las confianzas resquebrajadas viendo primero cuáles van a ser los castigos a los que no acataron el acuerdo”.

La sanción escaló al punto de que los diputados alegaron que la expulsión no se llevó a cabo con la unanimidad de los votos, como exige, según ellos, el reglamento. No obstante la jefatura de bancada argumentó que la sanción podía ser ejecutada con mayoría simple. La sanción desató incluso la intervención de la PDI.

El sábado en la noche, en todo caso, ya se hacía presagiar que el lunes habría una falta de acuerdo, pues se reunieron telemáticamente, hasta la una de la madrugada para debatir la postura de la colectividad.

Allí, Ahumada y Pino dijeron que estaban negociando “cupos, no nombres” con la derecha y que había que evitar que la izquierda llegase a la testera. La directiva del PDG solo estuvo presente, dicen, apenas las dos primeras horas de la cita, y luego fueron “invitados” a salir, porque, argumentaron, la bancada tendría independencia para tomar una determinación; una idea que no fue compartida por todos los diputados.

Oyarzo, en tanto, ponía otro punto sobre la mesa: que la derecha solo estaba buscando que el PDG fuera “carne de cañón” en la testera dada su inexperiencia política y su falta de conexiones aún con los distintos sectores que conforman la corporación. “No vamos a poder desarrollar nuestra identidad”, habría recalcado Oyarzo. Esa idea no encontró eco. Y la conversación telemática no concluyó en buenos términos. Rivas, de hecho, se desconectó señalando que no sería parte de un “tongo”.

Un llamado claro: “Volver al centro” y evitar la “derechización”

La directiva del partido, liderada por Luis Moreno, envió, este jueves, una declaración pública despejando que hayan dado una orden de partido, al tiempo que hizo un llamado a sus dirigentes y a sus militantes a la “unidad” y, también, a “volver al centro”.

Esa última frase no fue al azar, pues existe una aprensión en parte de la bancada sobre una “excesiva derechización del partido”, siendo que, recalcan, el partido nació como uno que no se situaría ni en la izquierda ni la derecha.

Algunos creen que han sido demasiado opositores al gobierno de Gabriel Boric, siendo que, subrayan, ese debiese ser el rol de partidos como el republicano o de RN y la UDI.

“Si bien este no es mi gobierno, yo no voté por Gabriel Boric, tampoco estoy con una pistola y una espada, necesitamos apoyar, porque somos un partido de centro, de proponer, de colaborar, me interesa que al gobierno le vaya bien, porque si ellos avanzan, nuestra gente se ve beneficiada”, comenta la diputada Medina.

En las discusiones previas a la votación, de hecho, algunos, como la propia parlamentaria Medina, plantearon que no adhirieran a ningún acuerdo administrativo sino que simplemente salieran de la Sala sin votar, tal como lo hizo Rivas. “Podríamos haber salido todos de la Sala y hubiésemos quedado como el partido que no es de izquierda o de derecha”, dice Oyarzo.

Pero algunos piensan que la matriz del problema de identidad del PDG viene del perfil que ha tomado en los últimos meses Franco Parisi. Sobre todo, dicen, al haberse “anclado” con la derecha en este acuerdo al punto de preguntar a algunos diputados qué comisiones querían conformar a cambio de respaldar a un candidato del acuerdo PDG-derecha.

“Desde su propia plataforma, desde su propia vocería, Parisi ha tenido un planteamiento más bien inclinado hacia la derecha. Estoy hablando de su programa Bad Boys, que ha sido mucho más inclinado hacia la derecha en estos últimos meses”, afirma Rivas a T13.CL.

También dicen en el partido que, con este quiebre, dan más razones para que sus contendores los llamen “populistas”, al cambiar de opinión luego de un par de meses de haber adoptado un acuerdo. “Ocurre que, para hacer un cambio en la política de hoy, necesitamos actuar de manera distinta. La gente tiene necesidades, y si eso es ser populistas, bueno, seremos populistas. Si hubiésemos sido consecuentes, hoy tendríamos la presidencia de la Cámara”, dijo Ahumada a El Mercurio frente a esas críticas.

Varios de la bancada también admiten que en marzo no sopesaron que las bases tuvieran un fuerte sentimiento de “anticomunismo” frente a la figura de Karol Cariola, quien en principio era la carta para presidir la Cámara.

La diputada exUDI y exrepublicana Gloria Naveillán, quien hoy es parte del grupo parlamentario del PDG, eso sí, cree todo lo contrario: “La bancada no está derechizada, para nada. La definición del PDG es que se busca el bien de la gente, vamos a seguir buscando leyes que beneficien a la gente, eso significa que vamos a votar de acuerdo a lo que la gente necesite y no de acuerdo a la izquierda o a la derecha”, dice.

Oyarzo, por su parte, agrega: “Nos estamos tirando para la derecha con las actuaciones que estamos haciendo ahora, eso es un hecho. Quieren censurar mesas de la izquierda, a los que votamos por Vlado (Mirosevic) nos sancionaron y más encima están expulsando a un diputado independiente: ¿su error? respetar el acuerdo de marzo”.

¿Cómo quedan las relaciones con la derecha? En Chile Vamos, durante las sesiones de Congreso en Valparaíso, era comentario obligado la crisis del PDG y la caída del acuerdo. “El PDG no se define si es un partido de gobierno o de oposición (…) al parecer no es un partido demasiado confiable”, lamentó este martes el diputado UDI Guillermo Ramírez.

“El PDG, en su primera prueba, falló totalmente”, recalcaban en tanto desde RN, partido con el cual Parisi tuvo comunicación más directa.

“Los mandaron a la comisión de los desastres, bien mandados”, decían en tanto con humor dirigentes de centroderecha al comentar la primera sanción que tomó Ahumada para sus “díscolos”: quitarles protagonismo de las comisiones legislativas relevantes y enviarlos a la de “Emergencia, Desastres y Bomberos”.

Eso sí, había un mea culpa en la derecha: fueron ingenuos al creer que el PDG se alinearía. 

Mientras este fin de semana los diputados PDG siguen en reflexión, algunos sienten incluso que ya tienen “un pie afuera” de la tienda. Rivas dice que “la crisis sí puede solucionarse”; Oyarzo es menos positivo y enfatiza en que “esta crisis está muy complicada”.

Los “díscolos” van a impedir a toda costa la expulsión del independiente Pulgar. “Mis colegas están actuando ahora, yo soy el diputado con más votos de la bancada, eso quiero recordarlo”, advierte, en tanto, Pulgar.

Este lunes, a las 21:00 horas, en una comida en un restorán en Viña del Mar, los militantes diputados buscarán sellar una salida a su primera crisis. Una solución que, dicen, a estas alturas será un poco forzada, porque los cinco diputados PDG no alcanzan el número mínimo para formar una bancada. El riesgo, dicen, es evidente: la bancada amenaza con desaparecer. 

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