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Desarrollan implantes para recuperar el olfato perdido por el COVID-19: cómo funcionan y en qué están los avances

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Este avance toma como inspiración los implantes cocleares para la audición, aparato electrónico que sirve para ayudar a dar una sensación de sonido a una persona profundamente sorda o que tiene problemas graves de audición.
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Millones de personas en el mundo perdieron el sentido del olfato tras contagiarse con el COVID-19, una de las tantas consecuencias de la pandemia que golpeó al planeta hace algunos años.

Hoy, gracias a un avance impulsado por científicos de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, la recuperación del olfato estaría más cerca. Esto producto del desarrollo de implantes olfativos.

Según publicó The Harvard Gazette, esta innovación pretende transformar la vida de quienes padecen anosmia o disfunción olfativa, condiciones que pueden afectar considerablemente la calidad de vida de las personas.

Este avance toma como inspiración los implantes cocleares para la audición, aparato electrónico que sirve para ayudar a dar una sensación de sonido a una persona profundamente sorda o que tiene problemas graves de audición.

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Este proyecto, liderado por Eric Holbrook, director de la División de Rinología en Mass Eye and Ear y profesor asociado en la Facultad de Medicina de Harvard, busca que los pacientes recuperen la percepción de olores, una función esencial que va mucho más allá del simple disfrute gastronómico. También se involucra en la seguridad doméstica, la identificación de peligros y el equilibrio emocional.

De acuerdo con la publicación, según datos de Mass Eye and Ear, sólo en 2021 más de 20 millones de personas que tuvieron COVID-19 reportaron pérdida de olfato o gusto. De ese grupo, cerca del 27% no logró recuperar el sentido, o lo hizo de forma limitada. 

Desarrollan implantes para recuperar el olfato perdido por el COVID-19

En 2019, Holbrook implantó electrodos cerebrales en cinco pacientes, logrando que tres de ellos percibieran olores. Prometedoras primeras pruebas que llevaron al director del proyecto a demostrar que los implantes olfativos pueden restaurar la función sensorial perdida.

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En paralelo, Dan Coelho y Richard Costanzo, de la Virginia Commonwealth University, llevaron a cabo experimentos en ratones, estimulando su olfato a través de electrodos. Esta colaboración permitió un primer encuentro internacional sobre dispositivos de asistencia olfativa en Dubái, con la participación de especialistas de Europa y Japón.

Los investigadores analizaron avances y desafíos de los implantes olfativos, trabajo que marcó la consolidación de una red global dedicada a investigar la pérdida de este importante sentido, destaca The Harvard Gazette.

El actual diseño del implante contempla una matriz de electrodos junto al bulbo olfatorio, que evita las neuronas nasales dañadas y estimula directamente el cerebro. Un receptor interno, integrado posiblemente en gafas o diadema, se conectaría con el implante por acoplamiento magnético, similar al funcionamiento de los implantes cocleares.

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Sin embargo, el bulbo olfatorio está dentro del cráneo, lo que exige estrictas medidas para evitar infecciones graves como meningitis. Además, dentro de los obstáculos clínicos, la estimulación indiscriminada de vías receptoras puede provocar sensaciones desagradables u olores fantasmas.

Complejidades que sin duda suponen la llegada de implantes funcionales y duraderos para varios años más, aunque los investigadores ya planifican los próximos pasos.

Holbrook y Mark Richardson, neurocirujano en Mass General, comentaron que aprovecharán cirugías de epilepsia para instalar, con el consentimiento de los pacientes, electrodos en la superficie del bulbo olfatorio durante las intervenciones y así, con los pacientes despiertos, poder determinar si la estimulación de ciertas áreas provoca la percepción de olores en ausencia de estímulos.