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El empresario que se bajó el sueldo para repartirlo entre sus empleados

El empresario que se bajó el sueldo para repartirlo entre sus empleados
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"Creo que esto es lo que todo el mundo merece", le dijo a sus empleados, que no salían de su asombro.

Dan Price se encontró un día con un estudio que afirma que para ser feliz una persona debe ganar al menos US$70.000 al año.

Y la investigación impactó al fundador de la empresa de pagos con tarjeta de crédito Gravity Payments de tal manera, que esta semana decidió anunciarle a sus 120 empleados que ese iba a empezar a ser sueldo base.

Para conseguirlo, él mismo se bajará su salario –de 1 millón de dólares– y utilizará los US$ 2,2 millones de beneficios que generó la compañía el año pasado.

"Creo que esto es lo que todo el mundo merece", le dijo a sus empleados, que no salían de su asombro.

El plan se llevará a cabo en tres años y los empleados que cobren menos de 70.000 dólares recibirán incrementos anuales, con el objetivo de llegar a esa cifra –o incluso superarla– para diciembre de 2017.

"Imperativo moral"

Price fundó Gravity Payments a los 19 años, cuando era estudiante de la Seattle Pacific University.

Y el empresario, de 30 años, asegura que no necesita US$1 millón para vivir.

Según le dijo a la cadena de televisión estadounidense ABC News, si cobraba tanto era porque ese es el sueldo de un presidente ejecutivo, algo que Price ahora considera "una locura".

Y por eso ajustará su propio sueldo al mínimo establecido para todos

Price reconoce que puede llevar una vida de lujo, pero mantiene el mismo automóvil desde hace más de 12 años: un Audi que consiguió a cambio de ayudar con los servicios de su compañía a un vendedor de vehículos local.

Cree firmemente que "cuanto más tienes, a veces más complicada se vuelve tu vida" y consideró que estos aumentos eran un "imperativo moral" para reducir las diferencias salariales entre los CEO y sus empleados.

El primer salario que ofreció fue de 24.000 dólares y no incluía un seguro médico. Desde entonces, asegura, trató de mejorar las condiciones de sus empleados y por fin la compañía ha llegado a un punto de éxito en el que puede hacerlo.

No se necesita más

El estudio que publicó la Universidad de Princeton en 2010 dice que la gente para ser feliz debería cobrar entre 70.000 y 75.000 dólares.

Menos de esa cantidad tiene un impacto emocional porque las personas están preocupadas por cubrir sus necesidades.

Por encima, el impacto es prácticamente nulo, porque se puede tener acceso a objetos lujosos, pero lo básico está ya cubierto.

Entre la reacción de sus empleados emoción, incredulidad y felicidad.

"He escuchado gente diciendo ahora puedo tener un bebé, ahora me puedo mudar de casa de mis padres… ahora puedo vivir cerca del trabajo y no viajar una hora en transporte público", contó en una entrevista con CNNMoney.

"Esta es la mejor manera de gastar dinero que he hecho en mi vida", aseguró.

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