Bastián García Santander, desde Chicago, Estados Unidos
A las 20:47 horas de Chicago solo quedan cuatro de los siete escenarios con música. El Perry's Stage, que no tranza al momento de disparar los beats de la electrónica, lleva toda la tarde repleto, entonces la masa de público que deambula por el Grant Park tiene destino fijo.
En la punta sur del parque, donde los fanáticos llegan y llegan para acomodarse en algún espacio, The Killers está a punto de aparecer sobre la plataforma.
De hecho, una "K" gigante se prende en el centro del escenario y, como si fuese la señal que llama a Batman, atrae al cuarteto de Nevada que entra directo a buscar el K.O.
Primero con "The man", su nuevo single y parte de su próximo álbum "Wonderful wonderful", que con cierta audacia en su instrumentación funciona mucho mejor en el directo. Luego, con "Somebody told me", a esta altura un clásico del rock del siglo XXI. Y, al instante, con "Spaceman", la última gran canción compuesta por la banda.
The Killers vuelve a verse compenetrado tras la pausa que se dieron para poner sus esfuerzos en proyectos personales. Y el gran protagonista sigue siendo Brandon Flowers, capaz de obnubilar a sus fanáticos gracias a su manejo escénico perfecto. Un carisma que acompaña con un registro vocal impecable, idéntico a los discos, pero con la capacidad para improvisar.
Así lo demuestra en "Smile like you mean it", "Human" y una versión extendida de "Shadowplay", de Joy Division, y un espectacular juego de láseres. Incluso, al tanto de lo ocurrido la noche anterior por la evacuación del Grant Park a causa de una tormenta eléctrica, el frontman anunció "Starlight", como un tributo a Muse, que no pudo terminar su show por culpa del mal tiempo que obligó a cancelar el término de la primera jornada de festival.
Lollapalooza continúa este sábado con los shows de The xx, Royal Blood, Alt-J y Chance The Rapper.
