El astro argentino Diego Armando Maradona fue internado este lunes en una clínica privada de La Plata, en Argentina, por problemas de salud que presentó en los últimos días. El médico a cargo del ex futbolista Leopoldo Luque aseguró que quien fuera campeón del mundo en 1986 está en buenas condiciones y descartó un accidente cerebrovascular, como se especuló.

A la salida de la clínica, hasta donde llegaron hinchas de Gimnasia y Esgrima de La Plata, club en el que dirige el ídolo argentino para mostrarle su apoyo, el doctor explicó que su problema de salud tampoco está relacionado con el COVID-19, pese a que hace una semana estuvo en cuarentena por contacto estrecho.

"Fue una semana medio complicada para él, con mucha presión. Notamos un bajón, principalmente anímico, que le afectó la alimentación. Diego perdió peso porque venía entrenando y alimentándose bien", contó el especialista.

"Decidimos venir a estudiarlo y ponerlo un poco mejor, lo hablé con él. La idea es dejarlo hasta optimizarlo. Está bien Diego, si quiere se para y se va. No es un cuadro grave ni de urgencia”, agregó Luque.

Según el médico, Maradona no compartió su idea de internarlo en la clínica para estabilizarlo y su principal preocupación fue poder dirigir el domingo, cuando su equipo, que ganó en la primera fecha de la reanudación del fútbol argentino, enfrente a Vélez Sarsfield por la segunda fecha. “Tengo que dirigir el domingo”, contó Luque que le dijo Maradona.

“Lo vi desganado, más enojado, a veces no me quería recibir, pero había que esperar a que pase algo grave (…) Sé que él puede estar diez mil veces mejor. Traerlo acá ayuda, vamos a ver cuánto se queda. No está en una terapia intensiva. Mi idea es tenerlo al menos tres días y ajustar tratamientos que tenía previamente. No hay ninguna urgencia que se esconda ni nada de eso", explicó.

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