Fue presidente de la FIFA desde 1974 (cuando sucedió al británico Stanley Rous, otro histótrico líder del fútbol mundial) hasta 1998, cuando dejó su cargo en manos del suizo Joseph Blatter, quien era su "segundo hombre" en el organismo. 

Este brasileño lideró uno de los períodos más controvertidos en la historia de FIFA, pero con el reconocimiento de que transformó a esa institución, dándole un carácter mucho más universal y no sólo ligada a Europa y América.

Hoy, cerca de los 100 años, se le recuerda en medio de los casos de corrupción que afectan hoy a esa organización.

De todo hubo en su período, al punto de que la FIFA lo propuso como premio Nobel de la Paz en 1988, pese a múltiples acusaciones que pesaban sobre él. “Nunca olvidaré la intención y la noble situación a la cual me enfrenté. Trabajo por la paz”, señaló en ese momento.

Tras dejar su cargo en 1998, siguió ligado a la institución como presidente honorario, cargo al cual dimitió en el 2013 en medio de un escándalo por sobornos relacionados con la Copa del Mundo. Havelange, junto a su ex yerno y ex presidente de la Federación brasileña de fútbol, Ricardo Teixeira, fueron hallados culpables por “conducta moral y éticamente reprobable”.

Tras eso, se radicó en Río de Janeiro con su familia, en donde sigue atento lo que sucede con sus otros negocios. Es presidente-director de Viação Cometa S/A, una empresa de buses, además de ser socio mayoritario de Orwec Química e Metalurgia Ltda.

Ex atleta olímpico de Waterpolo y natación, ha gozado de buena salud pese a que el año pasado fue hospitalizado. En mayo del próximo año cumplirá 100 años. 

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