Acaso el fin de una era y de la sonrisa más entrañable del fútbol mundial. Ronaldinho Gaúcho, el último crack del balompié brasileño, se retira oficialmente de las canchas tras lo dicho por su hermano Roberto de Assis Moreira.

"No quiere jugar profesionalmente más, es lo que hemos hablado. Eso ya estaba definido. Faltaba solo confirmarlo. Él no juega desde hace tiempo", dijo el también representante a los medios de su país. Y claro, "Dinho" no jugaba un partido oficial desde 2015 cuando defendía los colores de Fluminense. Sin embargo, el anuncio había quedado pospuesto por encuentros benéficos y amistosos que todavía daban esperanzas a los fanáticos de verlo en algún equipo de la liga local o fuera de sus fronteras.

Porque la calidad de Ronaldinho Gaúcho se mantenía intacta y, de hecho, a sus 37 años no parecía rara la imagen del '10' saliendo al campo por los puntos. 

Al menos, aún quedan 90 minutos, esos pasajes en los que el jugador nacido en Porto Alegre se despedirá de su fanaticada, esa que vibró desde el primer momento con uno de los grandes jugadores de la historia de este deporte.

"No tiene nada por ahora, después de la Copa del Mundo de Rusia seguramente lo vamos a hacer. Vamos a hacer algo grande, algo bueno, probablemente en agosto", dijo Roberto de Assis Moreira, augurando una despedida que se recordará tanto como su partidazo contra Inglaterra en el Mundial de Corea-Japón 2002, sus lujos en la mejor época del FC Barcelona o simplemente esa sonrisa que iluminó cada campo de juego en el que le tocó entrar a tocar la pelota y convertirla en poesía.

Ronaldinho Gaúcho debutó en el Gremio de Porto Alegre en 1998 y visió las camisetas de Flamengo, Fluminense y Atlético Mineiro en su país. También del París Saint Germain, Milán y Querétaro. 

Con la selección de Brasil, además, consiguió un Mundial y una Copa América.

Publicidad