En un completo escándalo terminó el Mundial de talla baja que se realiza en Argentina.

La selección de Paraguay decidió abandonar la final ante los albicelestes cuando el partido aún se desarrollaba debido a presuntos fallos arbitrales en su contra.

La situación ocurrió luego de que el árbitro cobrara una falta para los locales que derivó en que se pusieran 3-1 arriba de penal (los otros dos goles de los locales también vinieron de la pena máxima). Los paraguayos alegaron que la acción no fue falta y su entrenador reclamó, por lo que terminó expulsado.

Ante esto y luego que uno de sus jugadores fuera escupido, los guaraníes abandonaron la cancha, siendo apoyado por las delegaciones de Brasil, Colombia y Bolivia.

A pesar de los intentos de la organización, que habría incluido empezar el partido de nuevo y cambiar los árbitros, Paraguay no quiso volver al partido y Argentina se coronó campeón.

"Es muy obvio el robo que nos hacen. Tenemos videos en el que cambian la numeración de las faltas. Nosotros ganamos con huevo y garra, no robando", dijo el arquero de Paraguay según publicó ESPN.

"No sabemos por qué se retiró el rival. Pudimos revertir el resultado y creo que es por un tema de arbitraje. No entiendo bien por qué. Con Paraguay siempre se dan partidos picantes porque los dos siempre llegamos a instancias finales", aseguró el jugador argentino Catriel Brassesco según publicó el mismo medio.

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