Marcela Cubillos, convencional de la derecha, si bien no milita en ningún partido de Chile Vamos, es un referente del sector. Considerada de las “duras” del oficialismo, la exministra ha apoyado desde el primer minuto la candidatura de Sebastián Sichel.

Por estos días, la exdiputada ha alzado la voz con más fuerza para dar cuenta de que el candidato del sector debe ser Sichel, sobre todo luego del debate de Anatel y los errores del abanderado del Frente Social Cristiano, José Antonio Kast. Eso, al parecer, ha levantado la molestia de los simpatizantes, pues la propia Cubillos denunció la mañana de este miércoles que ha estado recibiendo ataques personales muy duros por su posición política.

—Usted dijo que esos ataques incluso son mucho peores que cualquiera que haya recibido de adversarios de izquierda. ¿Se refería a los seguidores de José Antonio Kast?

—Sí, cuesta entenderlo, porque creo que yo siempre he sido súper coherente y consecuente. A Sichel lo he apoyado desde las primarias, es el candidato que ganó la primaria del sector que represento. Y yo la política la hago siempre en torno al debate de idas, nunca con ataques personales. Entonces, me molestan mucho los ataques personales en política, sean de la izquierda o de sectores de la derecha. Muchos vivimos a diario la intolerancia de la izquierda en la Convención y no me parece que haya que reemplazarla por otra intolerancia. Se pueden debatir ideas, podemos tener candidatos y opciones presidenciales distintas, podemos tener diferencias, pero con respeto.

—¿Qué revelan estos episodios? ¿Revela la forma como José Antonio Kast está conduciendo el debate o se trata de hechos aislados?

—Yo ahí separo, la responsabilidad es individual de cada persona que tuitea o hace mensajes en esa forma. No es de él, sino de muchos de sus seguidores. Pienso que cuando un grupo se siente como el único que tiene la opción correcta para el país, y no están dispuestos a tolerar que otros tengan una visión distinta y caen en ataques personales, es la misma intolerancia que uno cuestiona de sectores de la izquierda radical.

—Usted también defendió a Macarena Pizarro ante la pregunta de Kast sobre si era casada o no. ¿Cree que ese hecho coronó la falta de reconocimiento del candidato ante brecha de desigualdad entre mujeres y hombres?

—Creo que fue una pregunta completamente improcedente, no puede ningún candidato del sector que sea involucrarse o hacer una pregunta a la vida personal de una periodista, ponerla en una situación que a todas luces era incómoda y que no tenía por qué responder cuando le estaba preguntando algo sobre su programa de gobierno. Creo que fue un error de José Antonio Kast, pero yo no voy a sacar conclusiones generales. Fue un momento muy inadecuado del debate.

—En la derecha ha crecido la sensación de que José Antonio Kast no podrá derrotar a Gabriel Boric en la segunda vuelta, ¿lo ve así?

—Para ganar en segunda vuelta necesitas convocar al 50%, no basta tu barra brava. Y la preocupación que muchos tenemos es que la votación que saque José Antonio Kast en la primera vuelta sea muy cercana al techo que pueda alcanzar. Podrá crecer algo en segunda vuelta, pero necesitas convocar al 50%, por eso, creo que el debate se vio claramente que Sebastián Sichel tiene la capacidad por su programa, por ser quien es, por su estilo de convocar a personas que a lo mejor vienen de domicilios políticos distintos, pero que convergen con nosotros en lo que se necesita para el Chile actual. Sichel tiene mucha más capacidad de crecimiento, entonces, me parece fundamental votar pensando en quién puede alcanzar el 50%.

—Con el levantamiento del discurso de Kast sobre Pinochet, ¿cree que será más complejo convocar a la elite moderada en la segunda vuelta? A partidos como Evópoli por ejemplo…

—Siempre que se hace una elección en que se levantan ejes de división del pasado, es muy difícil unir. Nosotros tenemos que unir a personas que hayan tenido posiciones distintas en el pasado, pero que compartan la visión de futuro, por lo tanto, cuando los temas se centran en las diferencias del pasado, nunca nos vamos a poner de acuerdo. Por eso me gusta cuando Sichel dice que esto no es sobre Allende ni Pinochet, ni sobre Bachelet ni Piñera, sino que sobre lo que se necesita hacia adelante.

—¿No se imagina a figuras como Mariana Aylwin, Clemente Pérez, Gonzalo Blumel o incluso Ignacio Briones votando por José Antonio Kast en una segunda vuelta?

—No tengo idea si votarán o no votarán, algunos de ellos quizás sí, otros no, pero se necesitan más que personas que voten ese día en la urna por candidato. El candidato de segunda vuelta necesita tener una fuerza política que te defienda, que te apoye, te promueva y eso se torna muy difícil cuando uno lo visualiza en el debate del lunes pasado.

—Usted ha dicho que en segunda vuelta votaría por Kast, pero ¿trabajaría por él?

—Yo no me voy a poner en ese escenario a cuatro días de la elección presidencial. Sigo trabajando muy firmemente por Sebastián Sichel, quien es el que representa mi proyecto político hoy día.

—¿Cree entonces que aún existen posibilidades de que Sebastián Sichel pase a segunda vuelta, considerando también la buena evaluación que tuvo en el debate?

—Voy a trabajar hasta el final para que el proyecto político en el que creo y que represento pase a segunda vuelta. No es bueno para Chile tener que votar contra algo. Es fundamental trabajar hasta el final por el proyecto que tú crees mejor y que pueda pasar a segunda vuelta.

—¿En qué momento usted toma distancia del proyecto del Partido Republicano? En la campaña para la elección de constituyentes, Kast la apoyó en su candidatura, de hecho, en una radio él le enrostró ese respaldo y dijo que ojalá le hubiese dicho “extremo” en esa campaña...

—Ahí hay una confusión por parte de ellos, el Partido Republicano no llevó candidato a convencional en el distrito 11, yo fui como independiente en cupo UDI, en la lista de Chile Vamos, por lo tanto, si ellos no llevaron candidato a convencional apoyaron libremente a quienes creían que podía representarlos en la Convención y si muchos de ellos me apoyaron, bueno, está muy bien. Eso no tiene nada que ver con las opciones que yo apoye, sino con la que ellos apoyan más bien. José Antonio Kast es una persona que se salió de la UDI, se salió de Chile Vamos para levantar un proyecto alternativo, entonces, me cuesta entender la miopía de muchos dirigentes y candidato de Chile Vamos que sin ni siquiera promover su propio proyecto político, están dispuestos a diluirse en el proyecto del Partido Republicano que claramente no es el que hemos construido durante estos 30 años.

—En esa línea, ¿está en riesgo la sobrevivencia de Chile Vamos?

—Los partidos van a tener que hacer un fuerte trabajo. Yo soy independiente hace ya casi 10 años, no milito en los partidos, pero creo que los partidos van a tener que hacer una autocrítica y una reconstrucción muy grande. Primero, la primaria la gana el único candidato independiente y le gana a los tres candidatos de partido político y en segundo lugar habrá que ver qué es lo que ocurre a nivel parlamentario. Se va a tener que reconstruir un mensaje que le haga sentido a la gente, que promueva nuestra visión de libertad y que le dé respuesta a los problemas actuales de la gente.

—¿No ve en el horizonte una coalición con José Antonio Kast?

—Son proyectos distintos: esta no es una primaria. En las primarias proyectos dentro de una coalición y pueden al final llegar y sumarse. Aquí José Antonio Kast construyó un proyecto político distinto al que ha sido la construcción de una centroderecha durante estos últimos 30 años. Entonces, al revés: hay que trabajar por reconstruir un mensaje nuevo, moderno, inclusivo, pero que también defienda nuestras ideas de libertad sin complejos.

—La eventual desaparición de Chile Vamos también se vislumbra en torno al futuro del Congreso, ¿los parlamentarios oficialistas que se fueron con Kast van a ser castigados o van a lograr la reelección?

—Hay que esperar y ver. La elección parlamentaria no se puede endosar a la presidencial. Hay muchos parlamentarios que tienen difícil su reelección básicamente por lo que han sido sus comportamientos en el Congreso, sus votaciones durante estos cuatro años, por lo tanto, endosarle eso al resultado de una presidencial creo que no es justo. Habrá que ver, claramente si se compite en listas separadas, porque el Partido Republicano llevó su propia lista, eso divide los votos en la elección parlamentario, por lo tanto, está por verse cuál es la merma que tienen los parlamentarios de centroderecha en esta elección.

—¿Avizora la composición del futuro Congreso a la luz de las listas separadas como algo fatal para la derecha, como ocurrió en la Convención?

—Yo creo que vamos a tener una disminución importante de parlamentarios de centroderecha en la elección que viene el domingo y por eso el llamado que uno tiene que hacer es a darle importancia a la elección parlamentaria, porque no podemos permitir que la izquierda tenga un control total. Ya lo tiene en la Convención, no puede tenerlo además en el Congreso y en el Ejecutivo.

—¿Cree que al menos la centroderecha alcance el tercio de representación?

—Espero que sí.

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