Desde Puerto Varas, en plena Región de Los Lagos, una joven emprendedora está haciendo florecer un negocio tan bello como emotivo. Se trata de Bárbara Garrido, de 25 años, fundadora de Floresina (www.floresina.cl), una marca que desde 2019 transforma flores reales en joyas únicas hechas a mano, con un profundo valor simbólico.

“Siempre he vivido en el sur, rodeada de la naturaleza. Yo creo que la belleza de las flores me inspira y por eso quise comenzar este negocio”, cuenta Bárbara, ingeniera comercial de profesión, pero artista de corazón.

Floresina nació como una forma de unir su amor por la naturaleza con el diseño y la creación manual. Su primera línea de productos incluyó joyas botánicas con flores prensadas encapsuladas en resina, y más adelante, incorporó una colección de aros de arcilla polimérica, también con inspiración floral.

“Floresina partió solo con resina y flores prensadas. Cuando abrí la línea de arcilla polimérica también quise que fuese de flores por lo mismo, porque las flores son parte de mi identidad y del paisaje que me rodea”, agrega.

Floresina: Joyas con historia

Cada pieza de Floresina no solo es única por su confección artesanal, sino también por su significado. Los productos —que incluyen aros, collares, pulseras, accesorios de lectura, imanes y llaveros— van acompañados de una tarjeta que explica el simbolismo de cada flor utilizada.

“Muchos clientes ven primero los significados antes de elegir el diseño. Me ha pasado que compran flores porque les recuerda al jardín de su abuelita. Me pasa mucho con una flor silvestre que se llama 'no me olvides', que es muy popular aquí en la zona”, cuenta con emoción.

Los precios de sus creaciones van desde los $5.000 hasta los $15.000, y hoy Floresina tiene presencia en cinco puntos de venta físicos:

  • MDA Concept Store (Galería Drugstore, Providencia)
  • DecoCalen (Dalcahue, en un colectivo de emprendedores y artesanos)
  • La Tepa Tienda Colaborativa (Llanquihue)
  • &Decora Valdivia (Valdivia)
  • Aylla Chiloé (Castro, donde ofrece principalmente souvenirs)

Cada flor usada en Floresina es recolectada, prensada y trabajada por la propia Bárbara. “Es como una terapia, porque también te deja entender que es imposible tener el control de todo. Hay que tener paciencia. Uno recolecta la flor, la prensa y tienes que esperar entre 3 y 4 semanas para ver el resultado”, explica.

Su conexión con lo artístico viene de toda la vida. Es bailarina amateur y siempre estuvo cercana a lo creativo. Hoy, con Floresina, encontró el espacio ideal para combinar su formación profesional con su pasión. “Me encanta poder usar mi tiempo en algo que me gusta mucho hacer. Es algo que me mueve, que me llena”.

Aunque actualmente trabaja desde su casa, Bárbara ya está pensando en los próximos pasos. “Con el tiempo quisiera arrendar una oficina, aunque sea pequeña, y tener un punto de venta propio para que la gente pueda ver mis productos”, sueña.

También le gustaría contratar a alguien part time que le ayude con la producción, y eventualmente ampliar su línea de productos. Pero sabe que cada paso requiere esfuerzo. 

“Yo creo que para empezar a emprender lo importante siempre es atreverse a hacerlo. No quedarse con la duda de si no va a funcionar. Si uno no lo intenta, no sale de esa zona de confort”, dice convencida.

Además, destaca el valor de buscar apoyo y asesoría gratuita: “En mi caso, el Centro de Negocios de Sercotec de Puerto Varas me ha ayudado mucho. Por eso es importante atreverse a preguntar”.

Floresina no solo es un negocio: es una invitación a detenerse, a mirar con cariño los pequeños detalles de la naturaleza, y a conectar con recuerdos a través de las flores. Desde el sur de Chile, Bárbara Garrido demuestra que con sensibilidad, talento y perseverancia, es posible hacer florecer los sueños.

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