Los especialistas detectaron que en la reserva existen miles de formas de vida microscópicas, como bacterias e incluso algunos que se encuentran comúnmente en los sistemas digestivos de peces, crustáceos y gusanos. El hallazgo sorprendió a los científicos, ellos creían que en las aguas no habría vida, debido a las extremas condiciones. La temperatura era de -89.2° C.

Esto "demuestra la tenacidad de la vida, y cómo los organismos pueden sobrevivir en lugares donde hace un par de docenas de años, se pensaba que no podrían", señala Scott Rogers, autor principal del trabajo que apareció publicado en la revista PLOS One.
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