Uno de los maestros del terror de la última década, Ari Aster, estrena su nueva pesadilla: Eddington. Protagonizada por Joaquin Phoenix y con la participación de Pedro Pascal, Emma Stone y Austin Butler; presenta un argumento centrado en la pandemia del COVID-19 de un pequeño pueblo de Estados Unidos, donde las tensiones entre la policía y un grupo de manifestantes escalan increíblemente.
Siendo la más real y posible de sus películas, el director de Hereditary (2018) y Midsommar (2019) se aleja de ese terror fantástico y nos introduce en un escenario que podría haber sucedido fácilmente: un policía negacionista de la pandemia (Phoenix), un alcalde que busca redención en su mandato (Pascal) y un hippie (Butler) que lava el cerebro de una esposa perturbada mentalmente (Stone).
Alejada de todo los terrores, rituales y demonios que nos tiene acostumbrados su director, recién muestra un poco de suspenso casi a la hora y media, cuando su protagonista pareciera, como ha sucedido varias veces, perder la cordura y conspirar para perjudicar a su enemigo. Pero incluso ahí, la película carece de esa intensidad frenética que mostró en sus producciones anteriores, perdiendo un poco la atención del espectador y, quizás más importante, planteando la pregunta de si vale la pena terminarla.
Las actuaciones de sus personajes principales debe ser lo más rescatable de esta película, que los presenta en un enfrentamiento constante que se extiende por demasiado tiempo, sin ofrecer muchas emociones. Los demás, se olvidan rápidamente y parecieran no tener demasiada en la misma historia que ellos crearon.
Ya sea por el tema o por su ritmo lento, no logra cautivar demasiado al público cinéfilo, aunque posiblemente sí al público que efectivamente no vio un peligro en la pandemia. En sitios especializados tiene críticas mixtas, siendo una de las peores del director estadounidense junto a la incomprendida pero también demasiado extensa Beau tiene miedo (2023).
Siendo la menos potente de la filmografía de Ari Aster, Eddington es el delirio más real de su carrera, pero el que menos cautiva, mostrando más acción y peligros al final, cuando los manifestantes pelean con la policía, provocando una reacción en cadena que termina con un manifestante y un policía herido, abarcando muchos de los temas que desde hace unos años llenan la agenda de Estados Unidos: el negacionismo, la decepción en las autoridades y políticos, las causas sociales y la obsesión por las redes sociales.
Aunque siempre será una experiencia adecuada para vivir, Eddington deja mucho que desear si se quiere ver en el cine. Recomendamos, en ese caso, verla bajo su propio riesgo.
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