La modelo argentina Sofía Clerici sorprendió a sus seguidores tras revelar un supuesto tratamiento para -según ella- mantenerse joven: beber su propia sangre.

Modelo argentina asegura que bebe su propia sangre

A través de una historia en Instagram, la propia modelo mostró en un posteo que estaba comiendo un plato de verdura y bebiendo un líquido rojo.

Una seguidora le preguntó "Perdón, ¿qué tomás?", a lo que Sofía directamente le contestó que era sangre.

Inmediatamente, la influencer complementó la información en otra publicación, señalando que siempre "traigo la mía (sangre) y me hacen en limonada especialmente para mí".

"Para los que no me creen, tengo siempre nueve tubos de sangre en mi heladera/ freezer y me tomo 1/4 o medio tubo por semana", añadió.

"A veces en shot (cuando quiero algo más intenso) o lo mezclo en bebidas, en este caso lo hice con frutos rojos", detalló, mostrando un tubo de laboratorio lleno de lo que sería su sangre.

Varios seguidores le preguntaron sobre los supuestos beneficios que tendría esta supuesta práctica, a lo que la también empresaria respondió "miles quieren saber, pero no todos se merecen saber la respuesta, sorry".

¿Qué dice la ciencia?

Según el Centro de Investigación y Tratamiento de Adicciones de Barcelona, España, "en experimentos se ha podido comprobar que consumir sangre tiene efectos rejuvenecedores en los individuos de más edad".

"En Estados Unidos cada vez hay más gente que bebe su propia sangre debido a que supuestamente les aporta una energía suplementaria. Esta nueva tendencia abre debate sobre si esta práctica es saludable o no", añaden.

Sin embargo, sostienen que "el cuerpo humano está preparado para contener sangre a través del sistema circulatorio, pero ingerido por vía oral puede llegar a ser tóxico para el organismo humano, esto es debido a la alta cantidad de hierro que contiene".

"Nuestro cuerpo no tolera el exceso de ese compuesto, y tiene dificultades para procesarlo. Es por eso, que si se consume hierro de forma excesiva a través de la sangre, aumenta el riesgo de sufrir hemocromatosis, una afección renal que puede acabar provocando epatitis, cáncer de hígado e, incluso, la muerte", apuntaron.

 

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