A partir de este lunes, si triunfa en las elecciones, Kast se trasladará a un nuevo centro de operaciones, la llamada “Moneda chica”. Se trata de una propiedad ubicada en la calle La Gloria 88, en Las Condes, que se arrendó por tres meses. En total, hay 98 puestos de trabajo, 31 oficinas privadas, 18 baños, 12 estacionamientos, 2 comedores, una cocina con casino y 7 bodegas.
No se sabe si el equipo de seguridad de Kast fue consultado antes de la decisión de arrendar ese inmueble, que colinda con edificios de más de 12 pisos por tres de los cuatro lados, un obstáculo importante que conspira para protegerlo.
Lo que sí es un hecho es que, de acuerdo con fuentes que conocen de cerca el tema, el presidente electo es quien elige el lugar donde trabajará antes de asumir, pero Carabineros evalúa posteriormente las condiciones de seguridad del inmueble y sugiere cambios en que caso de que existan problemas.
En tanto, la ley dispone que el pago del arriendo de la propiedad sea con cargo a privados, no así la seguridad del presidente electo, que corre por el Estado y que tiene protocolos distintos que los de un candidato.
La seguridad de Kast es un tema que ha provocado preocupación en su equipo, como lo revelan el uso del vidrio blindado en sus discursos en lugares públicos, y existen antecedentes de cambios de residencia sugeridos por Carabineros.
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Cuando Bachelet ganó su primera elección presidencial, vivía en una casa en Manquehue Norte, casi al llegar a Escrivá de Balaguer, en Vitacura. La residencia estaba al lado de un edificio de 12 pisos y frente a otros de solo 4 o 5. Su equipo de seguridad vetó que siguiera ahí.
Lo mismo ocurrió con Lagos, que vivía en un departamento en Providencia, pero tuvo que cambiarse a una casa en calle Amundsen que le facilitó el entonces senador Gabriel Valdés.
Una discusión aparte es dónde vivirá Kast a partir del 11 de marzo. La idea que baraja el republicano, para reforzar el concepto de “gobierno de emergencia”, pasa por residir en La Moneda. El último mandatario que vivió ahí fue Carlos Ibáñez del Campo (1952-1958) y no existe alguna infraestructura para albergar a un matrimonio presidencial. Todo apunta a que se requerirán reformas que deben tener permiso del Consejo de Monumentos Nacionales, como ocurrió recientemente, cuando se remodeló el lugar donde duerme la guardia de Palacio.